Los desafíos del nuevo perfil de la maternidad en Chile
Familia. El aumento en el porcentaje de madres mayores de 38 años, junto con otros cambios sociodemográficos, han elevado el riesgo obstétrico y frenado la caída en las tasas de mortalidad materna.
Los cambios sociales y demográficos que se han producido en Chile durante las últimas décadas han motivado también un cambio significativo en las condiciones en la maternidad. Partiendo por la introducción de los métodos anticonceptivos como herramientas de planificación familiar, en la década de los sesenta, que han llevado la tasa de natalidad desde los cuatro a cinco hijos por mujer, que existía en aquel entonces, hasta la tasa actual de 1,9 hijos por mujer. Y siguiendo por el mayor acceso de las mujeres al trabajo remunerado y a los estudios superiores, que han llevado a muchas personas a privilegiar proyectos de desarrollo personal y postergar la maternidad.
Un estudio de la matrona Paulina López, académica de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso, publicado recientemente en la revista "Reproductive Health", muestra cómo ha aumentado el número de mujeres chilenas que son madres en edades de alto riesgo obstétrico, es decir, menores de 18 años y mayores de 38 años. "Entre 1991 y 2008, el porcentaje de madres de entre 18 y 38 años, es decir en edad de bajo riesgo obstétrico, disminuyó de 91 a 87,7 por ciento. Al mismo tiempo, el porcentaje de madres mayores de 38 años subió de 3,3 por ciento a 5,2 por ciento, y el de menores de 18 aumentó de 5,2 a 7,1 por ciento. Hay un aumento en los dos grupos de mayor riesgo", señala López, doctora en Salud Pública y Epidemiología y especializada en la investigación del parto prematuro.
Factor inmutable
Según la académica, el mayor riesgo biológico que enfrentan las madres después de los 38 años es un factor inmutable. Es posible aumentar la vigilancia y los cuidados, pero no podemos hacer nada para modificar la edad materna y escasamente se logra disminuir los riesgos asociados a la maternidad tardía, por ejemplo, de diabetes gestacional o de descompensaciones cardiovasculares, entre otras patologías. Este factor además ha sido una de las principales causas del freno en la caída de las tasas de mortalidad materna en nuestro país, que durante varias décadas mostraron una disminución sostenida, hasta alcanzar un mínimo histórico de 12,2 muertes por cada cien mil nacimientos en 2003, pero que desde entonces han aumentado hasta alcanzar los 20 casos por cada cien mil. "Estos problemas no son propios de Chile, también se dan en Europa y otros países desarrollados. Nuestro país debería concebir e implementar políticas públicas para estimular la maternidad en edades de bajo riesgo obstétrico, y eso significa preparar el ambiente laboral, o estudiantil, para recibir mejor a las mujeres gestantes ", advierte la profesora López, que este sábado dictará la conferencia "Cuando las mujeres cambian o el camino hacia una obstetricia evolutiva", que abrirá la Primera Jornada Internacional de Investigación organizada por la UV (ver recuadro).
Vida en pareja
Además del aumento en el número de madres en edad de alto riesgo, y de los nuevos contextos laborales y de estudios en la mujer chilena, otro factor significativo es el aumento en el número de mujeres que son madres pese a que no tienen vida marital o de pareja, y deben enfrentar solas el desafío de la maternidad y la crianza, y que ha aumentado del 38% en 1991 a casi el 58% en 2008, según el mismo estudio. "La vida en pareja es una plataforma efectiva para la maternidad. Cuando esta no existe, las madres se enfrentan a una sobrecarga desde el periodo gestacional y la falta de un soporte psicosocial, además del impacto que tiene la ausencia de la función simbólica del padre en la crianza del hijo. Todo eso transforma a estas mujeres en un grupo de más alto riesgo obstétrico y perinatal", señala la investigadora.