"Un señor dijo que lo había enviado Dios, oró y a los dos días, Agustín mejoró"
No está tranquilo, pero claramente, el complicado proceso de recuperación de Agustín -su pequeño hijo de seis meses, internado por una delicada bronconeumonia en la UCI del Hospital Militar en Santiago- está avanzando. Y eso hace más fuerte a Sebastián Roco por estos días.
"Lleva quince días ahí. Ha sido muy duro, muy difícil. Pero nos ha hecho más fuertes como familia, como pareja con Verónica", dice el jugador.
Cuál es el diagnóstico...
Hay que esperar. Cada día es un pasito más que avanzamos. Pero él está luchando. Estamos algo preocupados porque estar tantos días en cama lo va atrofiando en su motricidad.
Fue un proceso traumático porque te enteraste en Colombia...
Fue terrible. Acostumbro llamar a mi mujer cuando estoy en el bus rumbo a los partidos, para bendiciones y todo eso. Y ella estaba desesperada y me contó, justo cuando íbamos a jugar contra Equidad. Me quedé callado. Sólo John (Armijo) me vio y antes del partido me preguntó cómo estaba y si podía jugar.
¿Decidiste jugar igual?
No sabía qué hacer. Lo único que quería era que terminara ese partido. Trataba de concentrarme pero en cada pausa me enfocaba en rogarle a Dios que Agustín estuviera bien, que me dejara verlo...
Y después hablas en Fox. Allí se supo todo. ¿Y tus compañeros cuándo se enteraron?
No los quería involucrar. Los saludé por el partido que hicieron y me fui a un rincón del camarín a llamar para saber qué pasaba. Sólo "Rana" (René Lima) estaba ahí y se enteró de lo que pasaba.
Viajaste y desde allí, todo fue estar en el hospital...
Llegué a Santiago, corrí, tomé un taxi y no recuerdo mucho. Era una angustia tremenda. Lo asumimos solos con mi mujer. No comíamos, mi mujer bajó doce kilos, aprovechábamos de estar en el hospital hasta que nos permitían. Mucha gente nos ayudó desde ese día, pese a las reglas que hay con las visitas.
¿Tuviste miedo?
Sí. Porque a los dos días, el médico nos dijo que no nos iba a mentir. Que así como Agustín estaba luchando, estaba la posibilidad de que se podía morir.
Milagros
Roco confiesa situaciones que terminaron dándole la fuerza necesaria para salir adelante. "Yo tenía que ser fuerte, porque sólo estábamos los dos con mi señora. Y sólo apoyados en Dios", afirma.
Y el plantel, cuándo sentiste el apoyo...
Siempre. Pero el momento más importante fue cuando ese viernes 23 decidí no jugar ante Audax. Llegaron todos a verme al hospital y me quebré. Me pidieron que jugara y "Chicho" García me dio el apoyo. Mi mujer me pidió que jugara ese partido. Y allí empecé a darme cuenta que mucha gente estaba con nosotros.
Con La Equidad también..
Llegué encima y sin entrenar. Pero me movían los sentimientos, me siento un jugador importante dentro del equipo. Seguía siendo el que alentaba al grupo, el que ponía la música. Quería que mis compañeros sintieran que quería ganar. Me sentí respaldado por todos y decidí retribuir el cariño pese a que "me habían matado" en un momento determinado por poner el pecho.
Tienes dos hijos más. Cómo lo tomaron...
Me ayudaron mucho, así como la madre de ellos. Javierita es más grande. Un día se metió a Facebook y vio la foto de Agustín. Me llamó llorando y no sabía cómo explicárselo. Pero entendió. Y Bastián justo fue a jugar un partido a Santiago. Me arranqué del hospital, lo fui a ver en la cancha y eso me dio una energía increíble.
¿Hubo milagros?
Hay uno que nunca conté. Un día, con Agustín muy grave, llegó un señor que quería hacer una oración con nosotros. No lo conocíamos. Dijo que no sabía cómo llegó a ese lugar, que había cometido muchos errores en su vida y quería regalarnos su energía porque lo había enviado Dios.
¿No desconfiaste?
Era tarde pero se dio todo para que en el hospital lo dejaran acompañarnos. A los dos minutos nos tenía a todos llorando. Y cuando se fue le ofrecimos algo para que llegara a su casa. Dijo que no sabía dónde ir y que si le dábamos dinero, Agustín no iba a mejorar en los dos días venideros. Se fue y a los dos días, Agustín comenzó a repuntar...
Qué le dirías hoy...
Que estamos agradecidos. Que nos de alguna señal porque como familia queremos saber de él. Ver si lo podemos ayudar de alguna forma.
Los hinchas que ayer te criticaban por el tema de Marco Figueroa hoy te aplauden...
Es que la gente se da cuenta de cómo son las cosas. Saben que yo trato de ganarme una camiseta, que juego como sea, que trato de estar con los compañeros que no juegan, que quiero a este club y también a esta ciudad. Agustín nació acá y fue una decisión muy bien tomada.
De haber jugado más en Calama, probablemente no habría pasado todo esto...
Verónica es de Santiago y yo sólo iba a estar tres días en el mes en Calama. Decidimos que se fuera para allá y pudiese estar con su familia. Y pasó todo esto. Sabemos que fue una mala decisión pero nunca pensamos que esto iba a pasar.
¿Están con fe?
Ahora más que nunca. Yo me siento muy respaldado por mis compañeros y la gente de Cobreloa. Mi mujer sintió el apoyo de sus amigos. Y Agustín sigue dando su pelea...