Boy George, a punta de reggae y dieta crudívora
Afines de octubre del año pasado el singular cantante inglés Boy George, mascarón de proa de los ochenta británicos, sorprendió a la industria musical lanzando "This is what I do" ("Esto es lo que hago") que ya se puede bajar desde iTunes.
Es su primer disco con material nuevo luego de una pausa de 18 años, en parte porque se contentó con su trabajo como DJ y también porque estaba en una profunda etapa de limpieza que empezó el 2 de marzo de 2008 cuando tocó el fondo absoluto.
Según ha dicho, en este trabajo se permitió todas las libertades que un sello muy grande no aprueba. Bajo su propia casa discográfica -Very Me Label-reconoce que "fue la experiencia de grabación menos estresante que he tenido, trabajé sólo con mi gente favorita".
Y aunque no es una placa genial ni consigna ningún track muy inolvidable, es un placer comprobar que su voz sigue siendo terciopelo y fuego, un poco más ronca y áspera que la exhibida en su radiante debut de 1982 con "Do you really want to hurt me?", pero la magia aún alcanza y ha obtenido con los años resonancias de diva negra. Y es significativo que haya vuelto a la música de la mano del reggae, un ritmo que resuelve con propiedad con su sedosa voz, elevándolo a un rango hipnótico y solar.
El disco comienza apropiadamente con "King of Everything" una balada muy estilo Elton John o Robbie Williams en la que pide disculpas pero sin dramatismo, relajado, de vuelta ya. Destaca también un cover de Yoko Ono, "Death of samantha" y "My god" que según dijo nació de un desafortunado encuentro que tuvo con un evangelista en un bar en Nueva York.
También sobresale la fuerza de "Bigger than war" que de la placa es que tema favorito del cantante y el espeso "My Star". "Nice&Slow" es como el patio de juegos de Boy George con su ligero aire calipso y, además, encontramos otras canciones que salen de la órbita reggae y transitan por el country como "It's easy" o el dub oscuro como "Play me".
En los videos que ya circulan George se ve impecable, a kilómetros de distancia de la última triste estampa de mafioso de la KGB -de negro, rapado y gordísimo- que le habíamos visto en las noticias. En el video de "King of Everything" se muestra en medio de un ring, acaricia el micrófono y reconoce sonriendo en paz que "hice del defraudarte un tipo de arte…", mientras luce sus características y perfectas cejas depiladas, los párpados sombreados, las pestañas curvas, una muy cuidada barba a lo Lenin más un mohicano coqueto.
Premunido de sombreros inolvidables y haciendo lo que ama, escribir y cantar canciones, Boy George se ha paseado con su nuevo trabajo mostrando su cuerpo sin gordura, la línea de la quijada firme y los ojos brillantes. Todo se lo debe a una dieta de alimentos crudos, muchos vegetales, cero alcohol y cigarrillos, esta última su más fuerte adicción que ya dejó hace tres años. Viendo lo que postea en su Twitter se advierte una dieta variada y sana: ensalada de espinacas, jugo de betarraga, harto brote de alfalfa y semillas de chía. También confesó que tres veces por semana hace ejercicios, que practica boxeo, ballet y sale a correr.
Reconoce que ya no puede hacer sus falsettos pero que hay canciones, como "Victims", que ahora es capaz de cantar mejor porque la entiende cabalmente. Sobre el corazón concluye sabiamente que "tienes las relaciones que te mereces" y cuando se pilla haciendo pataletas, que aún las tiene, luego se calma y piensa: "Oh George, eso fue tan de los Ochenta".
Entre 2005 y 2008 vivió graves detenciones por su adicción a la heroína y la cocaína, tiempos en los que subía a un auto y chocaba, le encontraron droga en su departamento y tuvo secuestrado y agredió a un prostituto noruego. Tiempos en los que las cámaras lo perseguían durante los cinco días que cumplió servicio comunitario en Nueva York barriendo las calles. Su consejo de maquillaje, "más es más, así que pon más".