Estar a la altura
"Ser el último" es un estilo, una vocación, un mandato, una urgencia en estos días.
Con esta expresión del lenguaje común queremos destacar la capacidad de "ubicación en las circunstancias" que todos debemos tener. Una es la actitud que se toma en el estadio, otra en la fiesta, otra en un funeral o en la convivencia diaria. No está a la altura el que hace bromas durante un accidente serio.
Tenemos que reconocer que los apóstoles no siempre estuvieron a la altura de las circunstancias. Jesús les hace el anuncio de su muerte. Les dice que va ser entregado en manos de los hombres y que lo matarán. Lo lógico era solidarizar con él, expresarle sus apoyos, sus simpatías, su adhesión. No es eso lo que hacen, ni mucho menos. Sacan cuentas. Discuten. Se apasionan opinando quién de entre ellos es el más importante o el más grande. ¡Increíble discusión! Casi como para no creerlo. Ciertamente los discípulos se desubicaron. No estuvieron a la altura que el momento requería.
Lo interesante es que Jesús no insiste en su declaración de la suerte que correrá al ir hacia la muerte. No se da por sentido con la respuesta que ellos entregan ni les reclama por su descortesía. Por el contrario, recoge la inquietud ilumina el punto de una manera directa y franca.
Rompiendo todas las lógicas de este mundo, Jesús manifiesta su propia lógica:
"Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último de todos y el servidor de todos".
Esa ha sido su norma de conducta. Eso es lo que él ha practicado desde siempre. Y ésa quiere que sea la tónica de todos aquellos que lo siguen y lo aman. Ser los últimos es nuestra tarea: ser servidores con humildad, estar atentos a las necesidades de los demás, escuchar sus angustias, actuar con eficacia, ponernos a disposición, tomar iniciativas en beneficio de quienes con más urgencia requieren de nuestro compromiso.
"Ser el último" es un estilo, una vocación, un mandato, una urgencia en estos días. No debemos tener miedo a optar por los caminos del diálogo, de la búsqueda silenciosa. Que debemos servir humilde y desinteresadamente a quienes nos rodean. Tal como lo hizo Jesús en su vida. Atento al otro más que protegiéndose a sí mismo. Esta es su lógica.
"Estar a la altura". Esa es la tarea.