Las especulaciones, las informaciones falsas y los realtys televisivos no le hacen bien a quienes están sufriendo.
Debemos hacer todos nuestros esfuerzos para transmitir calma e informar responsablemente lo que está ocurriendo en la zona norte y tomar todas las precauciones.
Claramente el tema que nos ha tenido concentrados a todos es el terremoto en el norte, y producto de ellos hemos sido testigo del bombardeo de información seria como también llamados alarmistas que no se condicen con la realidad.
Muchas compatriotas están sufriendo silenciosamente, principalmente niños y adultos mayores que son sobrepasados por la tensión y nerviosismo de los sucesos, a veces con la complicidad de televisión que exagera con exceso de antecedentes, videos en primera persona y despachos de equipos santiaguinos que parecen realitys.
Es necesario mantener y llamar a la calma, transmitir tranquilidad a los menores y ancianos, no difundir especulaciones como un audio que se difundió por WhatsApp anunciando el gran megasismo.
Por otro lado las constantes sirenas de evacuación tras un sismo acompañadas de sirenas de Bomberos, Carabineros, PDI, alertan y atemorizan demasiado a la población de la costa.
En el caso de Calama, hay que reconocer que las autoridades han actuado con mucho tino al informarse de dos eventuales riesgos como son el embalse de Conchi y el tranque de Talabre camino a Chiu Chiu.
Los loínos ahora, pueden estar tranquilos que estas obras están preparadas para resistir fuertes terremotos, por lo que el peligro no vendría por este lado.
Si bien es cierto, que hay cientos de familias afectadas en las regiones de Tarapacá y Arica-Parinacota, y que están sufriendo los primeros días críticos mientras llega la ayuda, lo importante es seguir resguardando la integridad y la vida de las personas.
Para ello es necesario planes de contención para tranquilizar a la comunidad, afinar el uso de alarmas para cuando sea estrictamente necesario, no hacer correr especulaciones que finalmente terminan estresando a la población y a los familiares que viven en otras regiones del país.
Nadie está insensible a lo que está ocurriendo, pero debemos colaborar en transmitir tranquilidad y sobre todo actuar con serenidad frente a alguna emergencia que tengamos que afrontar.