Solidaridad ejemplar
En tanto el COE se encuentra abocado en la actualización de un mapa de riesgos asequible a la población
Clavos, herramientas, jabones, lociones, colchones, ropa de cama, refrigeradores, cocinas, vajilla, comedores, material de construcción y hasta juguetes para los niños.
Es decir, todo lo imaginable que puede necesitar una familia en tiempos de apremio, se envió desde Calama -la provincia El Loa-, a nuestros compatriotas de Valparaíso e Iquique, afectados por un dantesco incendio, los sureños; y los embates de un terremoto, los nortinos.
Al ver en acción ese tremendo corazón generoso de las familias loínas, lo menos que uno puede decir es, gracias, muchas gracias a todos ustedes, empresas, escuelas, liceos, servicios públicos, juntas de vecinos y a cada persona que, espontáneamente, suplió de uno u otro modo, la necesidad de nuestros compatriotas.
Convengamos, no obstante, que por nuestra condición de país sísmico, estamos expuestos a este tipo de episodios y lo peor que nos puede ocurrir es quedarnos en actitud contemplativa, de brazos cruzados, esperando que la calamidad nos visite.
En lo que al gobierno provincial concierne, la comunidad debe saber que el Comité Operativo de Emergencias (COE) se encuentra abocado en la actualización de un mapa de riesgos que sea de manejo sencillo y asequible a la población.
Partamos de la base que no existe el "riesgo cero", que siempre hay riesgos, amenazas, vulnerabilidades y debemos contar con los recursos y herramientas para disminuirlos.
Pero la comunidad también debe aportar lo suyo y las familias deben organizarse. En términos prácticos, conocer las amenazas del hogar, ubicar las zonas seguras, coordinar contactos entre la familia y, por supuesto, no olvidar el famoso kit de emergencia, tipo mochila, provisto de agua, alimentos no perecibles, radio portátil, linterna y botiquín.
Recomendaciones que de tanto ser repetidas, hacen que uno caiga en la majadería, pero bien sabemos y somos testigos de ello, que la naturaleza no avisa y lo aconsejable es estar preparado ante la emergencia.
Los dolorosos acontecimientos de Iquique y Valparaíso, ponen de relieve la veta solidaria del chileno, pero también traen a la memoria nuestra fragilidad geográfica y la necesidad de potenciar una cultura preventiva.