El rediseño del Proyecto Mina Chuquicamata Subterráneo (PMCHS), solicitó la dirigencia sindical a las comisiones de Minería de la Cámara Baja y del Senado, debido al atraso de su construcción, que el gremio estima en cerca de 23 meses y que asegura continuará ampliándose en los próximos años. Demora que fue descartada desde la estatal y en una reciente visita a Calama del presidente ejecutivo de Codelco, Thomas Keller.
El presidente del sindicato Tres, Hernán Guerrero, quien ha liderado las presentaciones de esta solicitud, primero en el Congreso Nacional de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), y luego en el Parlamento, detalló que el proyecto subterráneo "tiene clara e indiscutiblemente un retraso y como lo dije en la comisión, éste todavía no alcanza un 10% de avance y se estima que tiene un atraso del orden de los 23 meses", lo que, asegura, pone claramente en riesgo la continuidad operativa de la división.
"Es por esto que nosotros le hemos pedido a las autoridades políticas y de Gobierno -entre ellas la ministra de Minería, Aurora Williams- que intervengan el proyecto de Chuqui subterráneo. Hay que detener este proceso, intervenirlo para revisar, analizar y ver si efectivamente vamos por el camino adecuado y después de eso continuar", agregó el dirigente, quien estima que en la medida que estos retrasos se amplíen, sería más rentable seguir explotando la mina a rajo abierto, porque de lo contrario "podríamos tener un plazo de entre 6 y 10 años en que la división Chuquicamata sacaría un mínimo de mineral".
Guerrero, consultado sobre la alternativa de producción que ve la dirigencia de corroborarse este retraso, dijo que se debiera explotar las fases 42, 49 y 52, porque "es un mineral que está ahí, que es de fácil acceso. Obviamente hay que hacer algunas inversiones, pero es lejos inferior a la que se tiene que hacer en la mina subterránea. Con la garantía y seguridad que el mineral está ahí y que se puede extraer en un periodo aproximado de 24 a 30 meses y alcanzar niveles de producción similares a los que teníamos hasta hace un tiempo, cuando alcanzábamos entre 170 y 190 toneladas de mineral extraídos", apuntó.
Fuentes corporativas, consultadas sobre si existe un retraso de PMCHS, aseguran que no es efectivo y que, por el contrario, el proyecto se encuentra alineado con su programa maestro, especialmente en aquellas obras que constituyen la ruta crítica de éste y que muestran un avance de acuerdo con lo planeado. Lo señalado anteriormente -agregan- permite mantener la proyección de inicio de la producción para el transcurso de 2019.
Como es sabido, la mina a rajo abierto de Chuquicamata termina su operación el año 2019 con la Fase 49, en tanto que el envío de sulfuros a concentradora desde stock se mantiene hasta el año 2021.
Sin perjuicio de lo anterior, Codelco revisa permanentemente alternativas y escenarios para sus divisiones y proyectos. Como parte de dicha actividad, en 2013 se revisaron diferentes alternativas que podrían mitigar un eventual retraso en la puesta en marcha de PMCHS, concluyéndose que la mejor opción es utilizar minerales provenientes de la división Radomiro Tomic.
Esta revisión también sugiere seguir explorando la operación de las fases 49b y 49b Gr, que a pesar de operar con costos superiores al plan vigente, no generan deterioro de beneficio integral de la División y del desarrollo del proyecto. Esa misma revisión indica que operar otras fases (como la 52, 51, 55, 50 Mx y 46/49), no es atractivo económicamente y además posterga el proyecto desde 1,5 a 4 años.
Dado lo anterior, Codelco estima que no se percibe necesario rediseñar el proyecto subterráneo, ya que la empresa maneja responsablemente alternativas para enfrentar distintos escenarios.
Finalmente, señalaron que Codelco siempre ha estado y estará dispuesto a entregar toda la información de sus proyectos, tanto a las comisiones de minería de ambas cámaras como a actores relevantes y la comunidad en general.