Buenas noticias surgieron en el último tiempo para el sector construcción y, especialmente, para los habitantes de la región que buscaban hace mucho tiempo una respuesta para solucionar su tema habitacional y así cumplir con el anhelado sueño de la casa propia.

Las buenas nuevas comenzaron con la constitución del Gabinete Regional de Vivienda, que no sólo apoyará los esfuerzos de la clase media para materializar las legítimas aspiraciones habitacionales que tienen sino, fundamentalmente, facilitar el acceso a casas de mejor calidad, en barrios seguros, acogedores e integrados a los segmentos más vulnerables de nuestro territorio.

Nos alegra saber que una de las primeras medidas de este naciente Gabinete, al cual fuimos invitados a participar como gremio de la construcción, haya sido la transferencia gratuita de Bienes Nacionales al SERVIU de 30 paños de terrenos para la construcción de 1798 soluciones habitacionales para sectores vulnerables de la Región de Antofagasta, de las cuales cerca de mil corresponderán a Calama; permitiendo de esta manera reducir de manera importante el déficit habitacional que por años vive la comuna y que alcanza las 3 mil 800 viviendas.

Al dejar sin efecto la normativa sobre enajenación de inmuebles fiscales a los servicios de Vivienda y Urbanismo, y entregar de manera gratuita esos terrenos para desarrollar proyectos habitacionales, se estaría pagando una deuda histórica con los habitantes de la zona y se termina definitivamente con un 'cuello de botella' que tenían hasta ahora los programas de viviendas sociales.

Lo positivo es que al no haber un valor asociado en el traspaso de esos paños, tampoco los futuros propietarios deberían asumir un costo adicional en la adquisición de sus viviendas; manteniendo íntegramente su subsidio y, lo más importante, podrán hacer uso ahora sí de este beneficio que, en muchos casos por la falta de alternativas habitacionales, eran devueltos y terminaban simplemente por perderse.

En resumen, las alianzas y principalmente las buenas voluntades terminaron por vencer la burocracia y un cuello de botella que a partir de ahora debiera ser algo del pasado.

Una operación médica que debió terminar con linternas de mano por un corte de luz refleja claramente la compleja situación que se vive en el Hospital Carlos Cisternas de Calama, que por su antigüedad está sobrepasado y que requiere urgente inversión para los próximos años en que deberá seguir prestando servicios.

Es cierto que está en proceso un nuevo hospital, pero fue paralizado y de acuerdo a los cálculos más optimistas debiera estar terminado en tres años más.

Mientras tanto, debemos ver qué está pasando con el actual recinto asistencial y cómo se puede invertir en forma urgente para sortear las diversas fallas que están ocurriendo constantemente, como problemas eléctricos entre otros.

En las calles ya hay ciertas protestas ciudadanas expresadas en afiches de papel craft que dicen que con 'La salud de Calama al año, vale lo mismo que el Museo de la Minería'.

Es que la salud está considerada un derecho básico de las personas, y debe ser bien entregada y además prioritaria para una ciudad.

Por este motivo no debe haber demora en corregir este impasse, teniendo el gobierno regional la obligación de buscar los recursos para poder sortear este problema que podría derivar en una crisis mayor sino se soluciona.

Es lamentable lo que está ocurriendo, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados y comenzar reuniones y mesas de trabajo que podrían dilatar la llegada oportuna de los recursos que se necesitan.

Es ahora cuando se requieren arreglos urgentes en el viejo Hospital, mientras paralelamente se deben intensificar las gestiones para poder reanudar las obras en el hospital en construcción y habilitarlo para la atención de pacientes.

Hay situaciones que no pueden entrar en el camino de la burocracia estatal y requieren de gestiones y lobby directo con el Gobierno para dar soluciones.

Aquí la tarea es de los parlamentarios de la zona que no han puesto un pie en el Hospital, de las autoridades regionales, de la gobernación de El Loa para poder conseguir la ayuda necesaria en forma urgente y oportuna.