El eslabón más débil de Codelco
Una de las últimas declaraciones públicas que emitió el ex presidente ejecutivo de Codelco, Thomas Keller, antes de dejar su cargo el viernes pasado, fueron derechamente confrontacionales hacia los trabajadores de Chuquicamata, de quienes cuestionó sus beneficios, específicamente el de salud, dotaciones y el nivel de sus remuneraciones, los que a su juicio hacen inviable la continuidad subterránea del mineral por su baja rentabilidad.
Keller, de pasado en las privadas Cencosud y Anglo American, hizo honor de esa forma a su fama de mantener una mala relación con los sindicatos, la que fue una de las principales críticas que se le hizo durante su gestión, junto con los resultados de su administración que rompió varios récords negativos.
Pero lo que es realmente llamativo, es que el ejecutivo ponga su atención en los beneficios más o menos que poseen los trabajadores y no así, por ejemplo, en las malas decisiones que se han tomado en la administración o en los distintos gobiernos, errores que han costado y seguirán costando miles de millones de dólares al Estado, como sucede con los contratos de futuro visados por el ex ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre.
US$ 7.000 mil millones perdidos de aquí al 2021 que a muchos parece no incomodarles demasiado, sobre todo al oficialismo y todos aquellos cercanos a la Nueva Mayoría, que han intentado relativizar los hechos y han acusado una maniobra política de la oposición. Lo mismo que se argumentó en 2010, cuando Andrés Tagle, hoy ex director de Codelco, realizó la misma denuncia.
Error del hoy ministro de Educación, el mismo que aparece a torso desnudo y tomando melón con vino en internet, que se suma al de no autorizar los 100 millones de dólares que separaron a Codelco de la compra de Los Bronces, hoy mayoritariamente en manos de Anglo American y sus socios de Mitsubishi. En conclusión, es mejor poner la lupa en las grandes decisiones que involucran a la estatal y preocuparse menos de los beneficios médicos que recibe un trabajador.