El histórico triunfo de Chile sobre España, que significó además eliminar al actual campeón del mundo y pasar a octavos de final jugados dos partidos, demuestra que estamos comenzando a vivir otra época en lo futbolístico.
Pero más allá de lo deportivo, podemos ver que muchos de los jugadores del plantel nos están dando un ejemplo de confianza, de optimismo y sobre todo de tener la capacidad de revertir la historia y de ambicionar cosas mayores.
Recordemos que en lo deportivo estábamos acostumbrados siempre a terminar perdiendo, a ser víctimas de la mala suerte o de terminar perjudicados por alguna acción imprevista.
Esta vez nada de esto sucedió, pero lo que es más importante es poder ver a jugadores aspirando a desafíos más grandes como ser campeones del mundo, cuando generalmente los aficionados ya se están conformes con haber pasado a octavos de final.
Creemos que esta experiencia nos ayuda a desterrar esa cultura negativa y pesimista que siempre tenemos los chilenos.
Nos motiva a mirar siempre con esperanza los desafíos más difíciles, porque la realidad es que eran bien pocos los que confiaban en que le podíamos ganar a España. En este aspecto, los jugadores nos dieron una lección, y este grado de confianza debe traspasarse a todo lo que hacemos en nuestro vida diaria.
Hoy hay satisfacción y revierte esa condición de estar acostumbrados a tan pocos triunfos y situaciones que son de pesimismo.
Por eso creemos que este es una gran oportunidad para cambiar la historia y convertirnos en una nación que confíe más en si misma, que siempre crea que lo imposible a veces es posible, que nunca hay que darnos por derrotados antes de que termine el partido y sobre todo aprender a tener confianza en nosotros mismos.
Debemos creer que podemos hacer grandes acciones, que podemos alcanzar mayores logros, que podemos sacarnos el trauma de ser siempre terceros, como lo fuimos el año 1962.