Ya zanjada la discusión donde el municipio debe resolver el problema del terreno ocupado ilegalmente en calle Frei Bohn, los concejales de Calama están solicitando una sesión exclusiva para tratar este problema y evitar perder este terreno destinado originalmente a un parque para el sector poniente de la ciudad.

La toma se inició en marzo del año pasado y hasta la fecha no ha habido un pronunciamiento claro sobre qué pasará con estos pobladores y el tema se orientó sobre qué entidad era la encarga de solicitar la toma.

Claramente no se ha visto una disposición a resolver el conflicto, principalmente porque un desalojo no es una medida popular. Al igual que algunas gestiones de mesas de trabajo o de formación de comités para que puedan postular regularmente a un subsidio habitacional tampoco ha rendido sus frutos.

Por este motivo, los concejales pretenden apurar al alcalde para que la continuidad de la toma se resuelva y los terrenos municipales puedan ser restituidos.

Es cierto que en nuestra comuna hay un gran déficit de viviendas sociales, pero también hay que considerar que existe un mecanismo de postulación donde miles de personas han cumplido con todas las exigencias y esperan su turno para recibir su vivienda nueva.

Tal como la ha manifestado el alcalde su propósito no es recurrir al uso de la fuerza pública, pero se deben buscar los mecanismo para resolver este problema.

Además se debe poner atención a la alta demanda de viviendas en la zona, pero al mismo tiempo se debe fiscalizar que sean efectivamente para uso familiar y no que terminen siendo arrendadas a terceros.

En el plano regional hay numerosas situaciones de tomas de terrenos ilegales, principalmente en zonas rurales, que las autoridades buscan regularizar para poner fin a este problema.

Hay que poner fin a las tomas con los mecanismos legales disponibles, pero al mismo tiempo se debe velar que los planes habitacionales vayan de la mano con el crecimiento y necesidad de la población, para tranquilidad de quienes no tienen una casa propia.

Los desafíos del crecimiento, creación de empleo e inclusión están estrechamente relacionados en una sociedad. En este contexto, la participación de la mujer en el mercado de trabajo también es parte de esta fórmula de crecimiento.

Se ha observado que en economías que envejecen con rapidez, una mayor participación femenina en la fuerza laboral puede estimular el crecimiento al disminuir el impacto de la reducción de la mano de obra.

Sin embargo, hoy aún se observa mucha iniquidad en lo que respecta al acceso al trabajo y oportunidades laborales entre hombres y mujeres. Según el Banco Mundial, actualmente las mujeres representan un 40% de la mano de obra y si bien en las últimas dos décadas en América Latina y el Caribe se ha registrado el incremento de casi trece puntos porcentuales en esta participación laboral de la mujer, en otras regiones se ha registrado un notable descenso.

Las mujeres realizan una contribución sustancial al bienestar económico al aportar una parte importante de sus horas diarias al trabajo no remunerado, como el cuidado de hijos y realizar las tareas domésticas, lo que en muchos casos siguen siendo invisibles y no se contabilizan en el PIB.

En lo que respecta a la disparidad salarial, esta es significativa, incluso si se consideran el mismo nivel de educación. En algunos países de la OCDE estas diferencias alcanzan hasta un 30% de la brecha e incrementa en el período de edad fértil de la mujer, donde la maternidad es penalizada con una pérdida salarial importante.

En Chile, se ha destacado la participación laboral de las mujeres en los últimos años. Y hemos asegurado la igualdad a los servicios básicos y se ha legislado sobre el descanso maternal. Pero, tenemos brechas en las mujeres más pobres, muchas de las cuales trabajan en precarias condiciones y sin reguardo de la ley laboral. Se ha comprobado que la pobreza de la mujer se debe a su discriminación en el mercado de trabajo. Así también, los problemas de salud ocupacional de la mujer han sido poco o insuficientemente o evadidos. El desafío es grande.