Amor y comprensión
Arturo Mardones Segura,
Comprensión y amor. Dos conceptos que hechos realidad en el hombre le permitirían vivir en paz y feliz. En civilización y cultura. Sin embargo, a pesar de la aparente sencillez de su cultivo, escapan a tanta gente que -¡increíble!- anhelan una mejor y más humana convivencia. ¿Por qué? Porque en la ceguera del egoísmo, de la ignorancia o del fanatismo que las afecta, la nobleza del sentimiento o la elevación del pensar jamás están presentes. Y su luz bienhechora molesta o perturba a la retrógrada conciencia que las rechaza.
Pero retomemos nuestro camino. ¿Existe por ventura, algo que supere al inmenso poder de la comprensión y el amor entre los hombres? Con ellos se allanan todas las dificultades y se logran los más difíciles acuerdos. Acaban con guerras y conflictos fratricida. Acercan a los seres racionales y les permiten en un convivir amistoso, en diálogos recíproco respeto, intercambiar ideas, realizar proyectos y cumplir las más claras y sentidas aspiraciones. Sin violencia. Sin el bárbaro imperio del golpe aleve o de la fuerza sobre la razón que debe distinguir al hombre. Porque sin ella, ¿no es acaso un animal que degrada su apariencia humana?
Jesús predicó y practicó la doctrina de la más pura bondad. Y murió por su valentía para demostrarle al mundo que nada la supera. Lo mataron la maldad, la perversidad, que se cultiva en los instintos y animaliza al hombre. Porque se atrevió, dondequiera que fuera a combatirlas sin temor. Con fe y amor. Con nobles y sabias sentencias. Llamando a la fraternidad. Proclamando el 'amaos los unos a los otros' como un sacrosanto lema de unión y de cordialidad entre todos los hombres de la Tierra.
Han pasado más de dos mil años . Y aún resuenan sus palabras y están vivos su ejemplos y su enseñanzas. Pero sin alcanzar, por desgracia, a muchas mentes ni ablandar endurecidos corazones. Por eso las sangre de Jesús sigue surgiendo en cada herida que la mano del hombre infiere a sus semejantes.
Sin comprensión ni amor el hombre podrá alcanzar mucho poder, pero nunca dejará de ser débil náufrago de la vida expuesto a los peores males que pueda imaginar.