Seguramente muchos padres regalonearán a los niños y niñas con algún obsequio este fin de semana, por eso es importante recordar que los pequeños de la casa tienen derecho a jugar con productos seguros, de ahí la importancia de que los consumidores compren productos sólo en el comercio establecido.
Al adquirir productos en el comercio establecido los consumidores pueden ejercer los derechos que otorga la Ley del Consumidor, como la libre elección, información veraz y oportuna, seguridad y a exigir la reparación o indemnización en el caso de sufrir algún daño.
Otro aspecto muy relevante que deben tener presente los papás, es que los productos deben estar correctamente rotulados.
La normativa exige que los envases tengan información en español, que indique el uso para el que está destinado y tenga advertencias e instrucciones para su uso seguro.
La información presente en el rotulado no debe inducir a error o engaño y debe ser posible de comprobar.
Asimismo, las empresas están obligadas a informar sobre el uso potencialmente peligroso de un producto y las advertencias e indicaciones necesarias para su empleo, y en caso que se detectara la peligrosidad de un producto que ya puso a la venta, debe ponerlo en conocimiento de la autoridad competente.
Recordemos que los regalos también tienen garantía, esto significa que cuando los papás compran un producto nuevo que sale malo o se echa a perder con un uso normal, tienen derecho a la garantía legal, lo que implica tres opciones: al cambio del producto, la reparación gratuita o la devolución de lo pagado durante los tres primeros meses de la compra. Es el consumidor quien elige cuál de esas opciones, no la empresa.
Eventualmente, la empresa podría realizar un diagnóstico técnico del producto para conocer las razones del problema, pero siempre será el consumidor quien elija la opción cuando la falla se produzca dentro de dicho plazo.
Esto significa que no puede exigir la garantía porque no le gustó o no le quedó la talla. No obstante, algunas empresas ofrecen 10 días para cambiar un producto sin motivo.