Calama, en su punto de inflexión
Claudio Lagos,
Este segundo período de la Presidenta Michelle Bachelet, no es de continuidad. Va a la raíz del problema y eso explica que reformas, como la tributaria y educacional estén en el debate diario, porque son vías por las cuales podremos mejorar la condición de quienes sólo conocen el lado oscuro de la luna.
Otra desigualdad genética de nuestro Chile es de carácter territorial y basta mirar a Calama para percibir los efectos del centralismo, no obstante tratarse de una zona que es gravitante para el erario nacional. Relevante, al punto que el Ministerio de Hacienda inyectó 4 mil millones de dólares a Codelco, recursos frescos para potenciar su gestión y que alientan expectativas en los trabajadores y familias cuyo sustento está ligado al metal rojo.
Tan vital como el cobre, es la energía para Chile. Bendita casualidad, El Loa abunda en ambos recursos. Bien lo sabe el ministro de la cartera, Máximo Pacheco, quien conversó con la comunidad esta nueva política energética y donde Calama tiene mucho que decir porque la materia prima está a la mano.
Por eso el Centro de Formación Técnica que se levantará en nuestra ciudad, formará mano de obra especializada en la aplicación de estas energías renovables, abriendo un campo novedoso a los jóvenes.
Además, pensando en estas nuevas generaciones, el Gobierno instalará un Centro Cultural para Calama, en el entendido que la igualdad de oportunidades, pasa por el acceso a la cultura y el desarrollo del potencial creativo.
Anuncios reconfortantes, la construcción de la nueva cárcel para Calama que pondrá fin al hacinamiento de reos y la ampliación de la doble vía -111 kilómetros entre Sierra Gorda y Calama-, que reducirá el riesgo de accidentes.
No podemos soslayar dos proyectos que nos duelen como ciudad: el nuevo hospital y la escuela D-48. Respecto al primero, una mesa regional aborda el tema salud; y en cuanto a al segundo, el gobierno regional ya asignó recursos para terminar de una vez por todas su construcción.
Pero si nos fijamos en la mitad del vaso lleno, veremos que al paso de cinco meses de gestión, Calama se encuentra en un punto de inflexión respecto a un futuro forjado con la participación de sus líderes, sus organizaciones, la ciudadanía.