Al rescate de las tradiciones
Junto a l significado religioso que tiene para el pueblo católico la fiesta de la Virgen Guadalupe de Ayquina, esta actividad se ha convertido en una de las principales fiestas de la región cargada de tradiciones de los pueblos del interior de la provincia El Loa.
Esta riqueza cultural la convierte también en una actividad llamativa desde el punto de vista turístico y que con el feriado regional promulgado para este año, le dio un carácter de gran valor.
Durante una semana, el poblado de Ayquina, ubicado a unos 75 kilómetros al nororiente de Calama, fue el epicentro de una gran festividad religiosa y que atrajo a unos 70 mil visitantes, entre ellos numerosos feligreses y caminantes.
Ayquina es una localidad ubicada a 3.000 metros sobre el nivel del mar, en una quebrada que desemboca en el río Salado, afluente del Río Loa. Allí se realiza ancestralmente esta fiesta en honor a la virgen María, bajo el nombre de Guadalupe de Ayquina, organizada por la población local y con la participación de numerosos bailes religiosos de la zona y de Bolivia.
Es a las 12 de la noche con la llegada del día 8, que el poblado se ilumina con fuegos artificiales y da comienzo al alba de numerosas misas y bailes.
En el plano funcional, es importante que esta festividad tenga cada vez una mayor organización logística para abastecer la demanda de miles de visitantes.
Lamentablemente en esta oportunidad el poblado se saturó y generó una caravana de varios kilómetros de vehículos esperando poder acercarse al pueblo, además del cobro de tres mil pesos para ingresar al santuario.
Este nuevo auge que experimentó la fiesta al decretarse día feriado, requerirá de mayores desafíos para la comunidad y autoridades para programar una jornada sin inconvenientes y que pueda desarrollarse sin perder su objetivo original de ser una fiesta religiosa católica.
Al mismo tiempo es la oportunidad para que este poblado pueda regularizarse territorialmente y así poder invertir en servicios básicos.