Hogar de Cristo
Muchos repetimos a veces sin pensar "Contento, Señor, Contento" cuando las cosas salen bien. Algunos leímos la Revista Mensaje y vimos pasar la camioneta verde del padre Hurtado en la que recogía a los niños que dormían en el puente Mapocho de Santiago. Además él fundó y trabajó con la Asociación Sindical Chilena de trabajadores.
Según recuerda Oscar Núñez el sacerdote jesuita estuvo en Chuquicamata, cuando los sueldos eran muy bajos y no alcanzaban para comprar ropas, máquina de coser y muebles, se reunieron en la casa parroquial junto a otros obreros católicos, hasta la medianoche. Les aconsejó formar una sociedad de ahorros, que existió por muchos años, para que no entregaran sus tarjetas de pago a los prestamistas que las retenían, cobrando los sueldos y agregando los intereses.
Días atrás el Hogar de Cristo recogió al amigo escritor Jim Olmos, trabajador de la revista Oasis, que quedó viviendo sólo en su casa sin agua y luz, rodeado de objetos que acumuló, por sufrir el mal de Diógenes, produciéndose tres incendios en el inmueble. Al perder sus documentos no pudo retirar dinero del banco, debiendo vivir de la caridad de los buenos samaritanos. Los vecinos molestos por las basuras, solicitaron por meses ayuda a estamentos gubernamentales. Recientemente apareció un reportaje en los diarios y las voluntarias del Hogar de Cristo acudieron a verlo y lo trasladaron en su camioneta inmediatamente a sus dependencias. Le dieron ropa, comida caliente, y amabilidad. Él dije: "esto es un milagro del padre Hurtado".
Esta institución voluntaria de beneficencia fue creada el 17 de octubre de 1944 y cumplirá 70 años de existencia, atendiendo mensualmente a 25 mil personas pobres. Cada día una fila de personas quiere entrar al hogar para servirse una cena y tener una cama caliente.
En Calama vemos muchas personas en situación de calle que deambulan frente a nuestros ojos, cruzando nuestros caminos, se ven sucios, hambrientos y sin un lugar donde estar. Muchos llegaron a buscar trabajo, venían con pocos recursos, y hoy deben dormir en parques y plazas.