Desde la época en que dirigía Marcelo Trobbiani, Sebastián Roco no hablaba con los medios en Calama. Y asume que "siento que había que dedicarse a jugar como han dicho algunos directivos que asumieron en este último tiempo. Y he tratado de enfocarme en eso, en apoyar al grupo como uno de los más grandes dentro del plantel, como lo hice en su momento cuando mi hijo estaba enfermo y con dinero mío me subía a un avión cada tres días para estar en la cancha, sin alimentarme bien o sin entrenar normalmente", confidencia.
¿Y cómo ves esta realidad de ser colista del campeonato y con promedio de descenso?
Es indudable que a todos los que somos parte de este plantel nos da pena y vergüenza saber que tenemos al club, uno de los más grandes del país en la última posición de la tabla. Da impotencia y rabia porque sabemos que jugamos mejor que los rivales pero estamos con una mala racha donde nada nos sale y todo lo malo se remarca el doble...
¿Pero se asume la responsabilidad?
Sin duda. Por ejemplo, en el gol ante Unión Española tengo súper claro que es marca mía y que en un segundo me preocupo más de cuando Saavedra -Fabián- va a cargar a Luciano Palos y desvío la vista un segundo y Marcos González me gana el cabezazo. Pueden tirar treinta corners de esos y despejo en veintinueve, pero fallé en uno y nos perjudicó.
Sin embargo, desde que llegó Fernando Vergara se notó una notoria mejoría en el nivel futbolístico...
Era complicado cuando nos quedamos sin técnico a mitad de una semana pero el trabajo de ellos ha sido muy positivo. No sólo porque nos quitó presión en un momento muy difícil sino que motivó de tal manera al grupo que hubo rendimientos individuales que subieron considerablemente y la gente se ha dado cuenta.
Hay una sensación de negativismo respecto de la campaña... ¿Cómo se abstraen del fantasma del descenso que ronda tan fuerte?
Uno entiende que la gente esté decepcionada. Acá en Calama sufrimos de una presión que lamentablemente todavía no podemos volcar a nuestro favor. Pero sentimos que pese a que hemos perdido, el camino es éste y no otro. Porque hemos jugado mejor que nuestros rivales por largo rato y lo que nos falta es asegurar al arco propio para que no nos hagan goles por fallas y tratar de embocar las oportunidades que nos hemos creado.
¿Se van a salvar?
renovación
¿Pero estás disponible?
Por supuesto. He escuchado que el técnico quiere que me quede y eso sin duda es un aliciente para seguir. Estoy enfocado en tener un buen nivel y en caso de que no pueda renovar acá, ser alternativa para que otro club quiera contar conmigo...
De qué va a depender, ¿de la mejor oferta?
No, ya conversé con mi familia y decidimos que tenemos que buscar nuestra estabilidad. Calama nos ofrece eso, mi hijo Agustín nació acá y estamos cómodos. Pero esto es fútbol y si no quieren que renueve, tendré que ver dónde prosigo mi carrera.
Se especuló que con la llegada de directivos que aparecían como contrarios a tu postura ibas a dar un paso al costado...
Lo que yo hablé en su momento fue a partir de la relación que tuve con un cuerpo técnico anterior y que me provocó problemas. Si hubo directivos que en esa oportunidad se identificaron más o menos con lo que dije no fue mi intención. Si me involucré sin querer con una postura y me equivoqué, lo asumo como un error. Pero la gente debe saber que nunca salí a hablar por hablar. Con suerte me defendí y siento que ya está en el pasado.
¿Te motiva seguir?
Siempre dije que quería ganar algo con Cobreloa. Estuve cerca en el 2011. Tengo esa deuda pendiente acá...