AVP: Un reconocimiento para todas las parejas chilenas
legislación. El proyecto de ley sobre el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) está a punto de ser examinado por los diputados, tras su aprobación por el Senado. Entrega un reconocimiento legal y social a las parejas de mismo sexo y al mismo tiempo, es una alternativa para compensar la crisis del matrimonio dentro de la juventud.
Parece que Chile está dando un paso más hacía igualdad. A principios de octubre fue debatida en el Senado la ley de Acuerdo de Vida en Pareja (AVP). Tras cinco horas de discusiones, la Cámara Alta despachó el proyecto.
Si acaban todos los trámites necesarios para que sea una ley vigente, permitiría crear una figura legal particular: "pareja civil" o "convivientes civiles".
Esta nueva unión civil pretende regular los efectos jurídicos de la convivencia de una pareja, sin distinción de orientación sexual, en asuntos tales como patrimonio común, pensiones y herencias, protección legal a los hijos, entre otras cosas. Se trata de aspectos que se encuentran normalmente bajo regulación del matrimonio, pero que se están extendidos al Acuerdo de Vida en Pareja.
Igualdad
Según el censo de 2012, cerca de 35.000 personas declararon vivir con una pareja del mismo sexo. Para muchos, lo que muestra esta cifra es la urgencia de poner en marcha y llevar a cabo el AVP. Sin embargo, el Movimiento de Integración y de Liberación homosexual (Movilh) explicó que son más parejas del mismo sexo que las reportadas en el Censo.
"Muchas prefieren mantener en reserva su unión por temor a la discriminación", explicaron desde el Movilh.
El proyecto de AVP fue impulsado por el exPresidente Sebastián Piñera en 2011. Al presentar la iniciativa, explicó que "la convicción de que el matrimonio por esencia es la unión entre un hombre y una mujer no me impide reconocer que existen otras formas de relaciones afectivas incluidas aquellas entre personas del mismo sexo y que son también relaciones respetables, valiosas".
A pesar de las reticencias de representantes de la Iglesia, el debate en el Senado abordó las distintas visiones de la familia y encontró un consenso relativo para entregar el AVP a personas homosexuales, que carecen del marco jurídico que las parejas heterosexuales pueden acceder.
En este sentido, el senador de la Región de Antofagasta Alejandro Guillier recalcó que "la Ley del AVP hace efectivo el principio de la igualdad ante la Ley establecido en el artículo 19 de la Constitución. Además, incorpora las normas internacionales sobre el derecho a la diversidad sexual del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966".
"Para las parejas homosexuales es, obviamente, un avance en la legitimación social de su relación. Ellos no quieren una relación oculta ni desprotegida. Esta Ley ayuda a darles un reconocimiento legal. Creo además, que es importante esta Ley desde el punto de vista simbólico porque dignifica su relación", añade el Senador Independiente.
Matrimonio
Por su parte, las agrupaciones defensoras de la diversidad de las orientaciones sexuales saludan la ley, que interpretan como un nuevo paso hacía el matrimonio homosexual. Julio Araneda es el presidente de la Unión Mejillones por la Diversidad sexual. "El AVP nos parece bien ya que por fin el Estado chileno reconocería legalmente, social y jurídica a las parejas de igual y distinto sexo, además abre el debate al matrimonio igualitario que es tan necesario para un país democrático. El Estado no puede separar a las personas según su orientación sexual y eso está avanzando", explica.
A propósito del matrimonio para personas de mismo sexo, en agosto de 2010, el Senador Fulvio Rossi formuló una propuesta formal en el Congreso para establecer la figura del matrimonio homosexual. En ese momento, acababa de aprobarse el matrimonio homosexual en Argentina, lo que era algo inédito para América latina.
El principal mensaje de la moción era recalcar la importancia sobretodo económica que subyace hoy en día en el contrato del matrimonio. En ese marco, la idea era proponer eliminar el requisito de que los contrayentes deban ser un hombre y una mujer, para que las personas de mismo sexo puedan beneficiar de este contrato.
Sin embargo, ya en 2011, el ex Presidente Sebastián Piñera recalcaba su "convicción de que el matrimonio por esencia es la unión entre un hombre y una mujer". En esa perspectiva, el sacerdote de la Universidad Católica del Norte (UCN), Andrés Hubert, subrayó que "para la Iglesia es imposible el matrimonio homosexual. Yo veo siempre hacía el compartir entre dos, apoyarse y crecer entre dos, pero hacia la procreación. El matrimonio homosexual va más bien en el compartir entre dos personas, y nada más. Aquí faltaría una cosa básica de lo que es el matrimonio. Si se llamaría de otra manera, yo no juzgo".
Otra agrupación que defiende la diversidad de orientaciones sexuales es la agrupación Pan y Rosas. Claudia Moreno, su dirigente, explica que "el AVP tiene dos caras, por un lado es progresivo que personas del mismo sexo sean reconocidas como parejas, pero por otro, se sigue tratando las parejas del mismo sexo como personas de segunda categoría. Es decir, se muestra como un avance, pero en un país conservador".
Heterosexuales
El tema que fue más debatido en el Senado fue entregar o no el AVP a las parejas heterosexuales. Varios argumentos apuntaban a que el AVP iba a "debilitar" el matrimonio. El senador de Antofagasta Pedro Araya contestó a eso que "la gente que se quiere casar, lo va a poder seguir haciendo. Hoy día tenemos aproximadamente dos millones de chilenos que no creen en la institución del matrimonio, por distintas razones: filosóficas, políticas, religiosas. La obligación de este congreso es ofrecer a los chilenos una alternativa distinta al matrimonio, para que a partir de su relación de afecto, se puedan regular los efectos patrimoniales que tengan esas relaciones".
Al hablar con varias parejas y especialmente jóvenes, no cabe dudar de que el matrimonio esté profundamente cuestionado. Los jóvenes parecen poco entusiasmados con esta institución y cerca de 70% de los niños nacen fuera del matrimonio en Chile. Incluso parejas interrogadas en la calle juzgan que "en el fundo el matrimonio y el AVP definen la misma cosa, una convivencia. Es solamente el papel firmado que cambia".
Esta situación deja un vacío legal para las parejas no casadas, y el senador Guillier explica que "esta desprotección de las parejas y de las familias es abordado por esta Ley para definir deberes y derechos entre sus contrayentes. En suma, no debilita sino que abre una opción para quienes, por diversas razones, no optan por el matrimonio".
Entonces el AVP puede entregar a parejas que no quieren casarse una seguridad legal, por ejemplo si la pareja se separa. Para las situaciones más alentadores, el senador Pedro Araya añade que en Francia, un 40% de los acuerdos de vida en pareja terminaron en un matrimonio.
El proyecto de ley sobre el AVP viene de un largo camino, empezado al principio de los años 2000 y hoy en día parece estar finalizando. Todavía tiene que ser votado por los diputados, pero el senador Guillier tiene confianza: "Creo que el proyecto parlamentario ha recogido con una nueva sensibilidad los cambios culturales. Por eso mi apuesta es que va a ser aprobado".