En dos años aumenta la esperanza de vida en la región
estudio. Antofagastinos viven en promedio 77,6 años. Envejecimiento de la población obliga a establecer planes especiales de salud.
Dos años más que hace una década atrás están viviendo en promedio los antofagastinos. Así se desprende del Informe sobre Mortalidad en Chile (2002 - 2012) entregado el miércoles por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que situó la Esperanza de Vida al Nacer (EVN) de los habitantes de la región en 77,6 años.
De acuerdo al informe del INE, durante la década en estudio la EVN en el país subió de 74,07 a 76,13 en los hombres y de 80,28 a 81,27 en las mujeres. En la Segunda Región ese indicador pasó de 72,71 a 75,28 en los hombres y de 78,48 a 79,93 en las mujeres, acortándose la brecha entre ambos sexos.
En promedio, entonces, los antofagastinos pasarán de vivir 75,59 en 2002 a 77,6 en 2012.
"A nivel regional, los mayores incrementos en EVN se observaron en Tarapacá, Biobío y Magallanes para los hombres, con aumentos de aproximadamente 3 años, y en Biobío para las mujeres, con incrementos cercano a los 2 años. Finalmente, la brecha en EVN entre sexos ha disminuido en aproximadamente un año, pasando de 6 años en 2002 a 5 en 2012", detalla el INE.
Así la EVN de la Segunda Región (77,6 años) se ubica bajo el promedio país (78,7) y la media de los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), cuyo promedio alcanza los 80,2, y aún más distante de Hong Kong, el país con la mayor EVN en el mundo (83,48).
alcances
Al respecto, Margarita Fuentes, magister en Salud Pública y Economía de la Salud y asesora del Programa Magister en Salud Pública de la Universidad de Antofagasta, explicó que la EVN es una medida resumen sobre el nivel de la mortalidad que expresa el promedio de años que se espera viva una persona bajo las condiciones de mortalidad del período en que se calcula.
"De hecho es un indicador sintético por excelencia para caracterizar las condiciones de vida, salud, educación y de otras dimensiones sociales de un país o territorio. Por eso es uno de los indicadores fundamentales seleccionados por las Naciones Unidas para medir el desarrollo humano de los países, aunque no necesariamente se traduce en mejor calidad de vida".
Según Fuentes, la EVN es muy sensible al aumento o disminución en el número de defunciones y finalmente se refiere a la cantidad de años que viviría un recién nacido si los patrones de mortalidad vigentes al momento de su nacimiento no cambian a lo largo de la vida del infante.
"En realidad, un niño chileno que haya nacido en 2012 en la que el país tiene para los varones una esperanza de vida es de 76.13 años, es probable que viva más de 76 años, si el nivel de mortalidad sigue descendiendo en el futuro", explicó la profesional.
desafíos
Iris Zapata, directora de área de Salud de Cormudeso Antofagasta, aseguró que este proceso de post transición demográfica ya fue anticipado en la Reforma a la Salud de 2005.
"En Chile y la Segunda Región se han experimentado cambios relevantes en la mortalidad desde la segunda mitad del Siglo XX, seguido de un descenso de la fecundidad, lo cual se traduce en un enlentecimiento del crecimiento y envejecimiento de la población", explicó.
Y -según explica- esos cambios fueron recogidos por el Plan de Salud 2015 de la Corporación.
"Este envejecimiento poblacional establece la necesidad de focalizar las acciones de salud en virtud de este diagnóstico, dado que los requerimientos de prestaciones de salud son diferenciadas a lo largo del ciclo vital, así como también la carga de enfermedad que conlleva entonces estrategias específicas para intervenir el daño en la salud", cita el documento.
atención
Así, la composición y las diferencias entre la misma población beneficiaria, establecen realidades y condiciones distintas en cada establecimiento de Atención Primaria de Salud (APS), inclusive con determinantes sociales distintas por cada sector de un Cesfam.
Según explicó Zapata, se hace necesario definir pirámides poblaciones por cada establecimiento y así focalizar planes de salud en función del diagnóstico demográfico, epidemiológico y participativo individual.
"Tenemos pirámides que muestran la composición poblacional para cada Cesfam. Por ejemplo, en el Cesfam Centro Sur -con mayor cantidad de adultos mayores- tenemos más atenciones por enfermedades crónicas, doble farmacia y rehabilitación de artrosis, entre otras. En cambio, en el Juan Pablo II -donde la población es más joven-, tenemos focalizadas otro tipo de prestaciones médicas", sostuvo Zapata.
mortalidad
Finalmente, el estudio del INE indica que a nivel país, en todos los grupos de edad, las tasas centrales de mortalidad masculinas disminuyeron, reducción que osciló entre 2% (para los de 80 años o más) y 34% (para los de 10-14 años).
A nivel de regiones el comportamiento es similar, a excepción de Atacama, en que el grupo 5-9 de edad tuvo un aumento sustancial de su mortalidad entre los dos años estudiados.
En las mujeres, la reducción de las tasas centrales de mortalidad es más notoria y constante, a partir de los 45-49 años de edad.
"Este envejecimiento poblacional establece la necesidad de focalizar acciones de salud en virtud de este diagnóstico, dado que los requerimientos de prestaciones son diferenciadas a lo largo del ciclo vital".
Directora Salud Cormudeso Afta.