La salud en 2014 sería prioridad para las autoridades que asumieron el rumbo de la región, sin embargo a dos semanas que se acabe el año y luego de nueve meses de gestión, la situación está prácticamente igual, pero con la salvedad que 2015 sería, finalmente, el período de las concreciones, las que deberían demostrar que el trabajo sí se hizo.
Las conclusiones dicen que este año no se retomaron las obras del nuevo Carlos Cisternas, el arriendo del anexo ha demorado más de lo estipulado, dejando en espera el tan anhelado mamógrafo, la reposición de la caldera también se retrasó, al igual que el término del consultorio Central y así la lista sigue.
El primer trimestre de 2015 sería el gran momento de la salud en Calama, revirtiendo el escenario actual, ya que comenzaría el proceso de licitación de las obras del hospital, se entregaría el consultorio, empezaría la ejecución de los proyectos de más ambulancias, equipos y equipamiento para el Carlos Cisternas, además de todo lo que se nombró anteriormente.
Si esto se convierte en una realidad, quizá habría que agradecer la gestión, pero no hay que olvidar que las autoridades sólo deben velar y cumplir el derecho inherente que tienen las personas de recibir una atención digna y de calidad, la que se asegure sin importar la condición social y cuál es el tramo al que se pertenece.
Asimismo, las autoridades y los profesionales de la salud no deben obviar que están al servicio de cada uno de los pacientes y no el sistema al servicio de ellos. Si bien habrá un avance en infraestructura es imperioso que la atención sea la que se fortalezca y los pacientes reciban diagnósticos certeros, tratamientos acorde a sus enfermedades y por sobretodo conocer quiénes son los que los están atendiendo, para tener la tranquilidad que el sistema en Calama es igual o mejor que en cualquier otra ciudad del país.
El desafío 2015 para las autoridades y especialmente para quienes trabajan en salud, es concretar proyectos, pero principalmente entregar tranquilidad y confianza a los usuarios, ámbitos que se suman a la crisis que actualmente tiene la salud pública en Calama.