La inteligencia emocional
Leyendo un artículo hace unas semanas atrás sobre la importancia de la madurez emocional de las personas, me pareció muy interesante poder resaltar algunos aspectos positivos de ésta y que debemos comenzar a practicar o a fortalecer aún más al interior de nuestra organización y en nuestro entorno.
En la actualidad, el manejo de las emociones o también definida como inteligencia emocional al interior de una organización provoca aportes importantes en el desenvolvimiento de los integrantes del equipo de trabajo, ya sea por las aptitudes de autoconocimiento, seguridad, compromiso, autocontrol.
Además nos permite reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivar y de manejar bien las emociones en nosotros mismos y en nuestras relaciones, provoca mayor satisfacción laboral y logro personal y reduce el potencial negativo, actuando como verdadero amortiguador de algunos estresores laborales como la sobrecarga y el conflicto de roles.
También ayuda a prevenir posibles implicaciones negativas sobre la salud de los trabajadores, potenciando los efectos positivos, favoreciendo la promoción de la salud integral y la calidad de vida laboral de los trabajadores.
Es por ello, que hoy en día es vital comprender y adoptar este nuevo enfoque en la vida de las personas trabajando en ello para contar con una sociedad más empática, solidaria y de trabajo en equipo, potenciando el aprendizaje de habilidades prácticas aplicadas en el trabajo y en la vida en general, estimulando la colaboración e intercambio de nuestro aprendizaje pese a los obstáculos y conflictos presentes.
De esta manera son mucho más optimistas y motivadores en el afán de aportar desde nuestro quehacer profesional al desarrollo de nuestra organización, como también en nuestra vida diaria, evitando en convertirnos verdaderas máquinas de producción sino por el contrario ser líderes en el fortalecimiento del trabajo en equipo y desarrollo de nuestro entorno.