Joven familia loína pide justicia por muerte de su pequeña hija de un mes
negligencia. Hicieron una denuncia en la Fiscalía para pedir que se investigue.
"Mi hija murió por una negligencia", con estas palabras inicia su relato Isley Godoy (18), quien perdió a la pequeña Maite Tapia Godoy de un mes y cuatro días el 14 de diciembre, dos días después de haber sido dada de alta del hospital Carlos Cisternas.
Según contó, llevó a su hija el 9 de diciembre en la noche al servicio de Urgencia y el 10 en la madrugada la dejaron hospitalizada, "tenía fiebre y la doctora que la ingresó me dijo que tenía bronconeumonía".
La pequeña estuvo internada dos días en la unidad de Pediatría, "le pregunté al médico que la vio qué pasaba con ella y no me dio el diagnóstico, pero me aseguró que llegando los exámenes veríamos lo que tenía y le darían el alta para que se fuera a nuestra casa".
Al segundo día de hospitalización le dijeron que le harían tres controles, para ver el nivel de saturación y dependiendo de esto era si seguía internada, "pero el médico me dijo que dejaría lista la orden para que se fuera a su casa. Él no era pediatra, era médico cirujano".
Cuando comenzaron a hacer los controles, el último dejó en evidencia que la pequeña no estaba saturando como debía, pero quienes la atendieron la cambiaron de posición y el nivel mejoró, por lo que hicieron efectiva la orden del médico.
A las cinco de la tarde del 12 de diciembre Isley salió con Maite del hospital con dirección a su casa. "Confié en él, en lo que me dijo, en la decisión y en que mi bebé estaba bien para irse a la casa. Yo le creí. Estaba feliz llevándomela porque era terrible verla en el hospital sufriendo", aseguró.
Isley Godoy comentó que le dejaron recetado paracetamol e inhalaciones cada seis horas, "nada más, no hubo antibióticos o alguna indicación para controlar la enfermedad".
En la noche de ese día el panorama no mejoró y pensaron llevarla nuevamente al hospital, pero con la desconfianza que no fuera atendida por un pediatra decidieron esperar y al día siguiente llevarla particular. "Nos levantamos temprano y la hicimos ver, nos dijeron que debíamos hacerle las inhalaciones cada cuatro horas porque estaba muy congestionada".
El domingo 14 de diciembre vino lo peor, ya que a pesar de estar pendiente toda la noche, se dieron cuenta que la guagua se estaba tornando de un color extraño, por lo que a las seis de la mañana partieron al hospital.
"Llegó con un paro cardiorrespiratorio, no la pudieron salvar. Según el certificado de defunción murió de una neumopatía aguda. No sé por qué le dieron el alta, si el fin era sacarla bien, con un tratamiento. Ellos son los que saben, estudiaron para ayudar a las personas, no para jugar y hacernos sufrir", manifestó.
Frente a esto, la familia presentó una denuncia en contra del hospital ante la Fiscalía, "queremos justicia, porque ella estaba en nuestras manos y los médicos debían haber hecho su trabajo, no haberle dado el alta".
Los padres de la pequeña Maite han realizado manifestaciones afuera de la Fiscalía y del hospital pidiendo explicaciones, en conjunto con Marina Rodríguez, madre de Mireya Rueda, la estudiante de canto lírico que murió de una trombosis.
"Pretendemos hacer un grupo más grande y que salgan todas las negligencias de este hospital, porque ellos juegan con nuestras vidas y la de nuestros familiares. No son uno o dos casos, son muchos, ya hemos sabido de más de 18", aseguró.