"Estoy muy triste por lo ocurrido y por haber caído en esta penosa condición que presento"
testimonio. Mauricio Chávez accedió a contar qué fue lo que lo llevó a marginarse por más de un mes de la sociedad, su estado de ánimo y de su pasado como deportista. Desde octubre pasado se encontraba en Calama esperando un trabajo.
Tras ser hallado a diez kilómetros de Calama, solo en la lejanía de un antiguo refugio de agricultores y desamparado en la indiferencia de la sociedad, Mauricio Chávez, sujeto que fue auxiliado por autoridades y personal médico el día de ayer, accedió a conversar de lo ocurrido, sus motivos de su marginación social y de su pasado como otrora capitán del equipo de waterpolo de su ciudad natal.
Con más conciencia de lo ocurrido el medio día del lunes, Mauricio Chávez aún está débil, reconoce que al momento de la llegada de las unidades de rescate y emergencia "no estaba pleno y muy desorientado y no entendía bien qué es lo que estaba pasando. Todo era confuso", explicó sobre el rescate en la quebrada de San Salvador.
Visiblemente apenado agregó que "estoy muy triste por lo ocurrido y por haber caído en esta penosa condición que presento. Pero estoy muy agradecido por la ayuda y por quienes se interesaron en ayudarme", confesó en una de las salas del hospital Carlos Cisternas. El menor de cuatro hermanos dijo sentir una pena muy grande tras la muerte de su madre, "porque desde ese momento dejé de ver a mis hermanos con los cuales ya no tengo ninguna conexión, lo que me provocó una profunda depresión que me llevó a este estado".
A Calama llegó en el pasado mes de octubre, "donde hice algunos trabajos en la construcción, pero tras quedar sin empleo se hizo más patente mi depresión, la que creció cuando no hubo trabajos para mí", develó sobre las causas de su estado anímico.
El pasado 8 de enero decidió caminar hasta la quebrada San Salvador, "donde antes estuve en compañía de un joven. Ahí me quedé, en principio era por unos días, pero no deseé volver y así fue cómo me quedé allí, solo pero tranquilo, aunque sin comprender lo que me estaba pasando", explicó.
PASADO DEPORTIVO
Paradójicamente el pasado de este extrabajador de la construcción estuvo muy relacionado al deporte y la vida sana. "Ante fui salvavidas en Coquimbo, y durante los veranos me dedicaba a eso, y durante el resto del año me desempeñaba en otras cosas, pero me gustaba mucho el mar y trabajar en ello", confesó.
Además, "fui arquero en la selección de waterpolo de la ciudad, e incluso fui capitán del equipo en una época que disfruté mucho de ese deporte en la ciudad de Coquimbo. Luego todo cambió", dijo Mauricio Chávez en la lucidez que le afloró tras los primeros cuidados médicos en el centro asistencial.
Se declaró simpatizante de Cobreloa "y desde mi estadía en Calama no tuve la oportunidad de ver al equipo en cancha, pero pese a ser de Coquimbo me gusta Cobreloa, es el equipo que sigo", dijo al conceder algunos minutos para compartir parte de su historia y de los motivos de su marginación social.
Aún golpeado por la situación vida, y el extremo radical al que optó con su decisión, Mauricio Chávez se dio ánimo de agradecer "a todos quienes me tendieron una mano. A los médicos y profesionales como a la gente que se preocupó por mí y quienes dieron aviso de mi condición".
Mauricio Chávez se encuentra en el servicio de Medicina del hospital Carlos Cisternas. Ha sido evaluado por el equipo médico el cual le ha entregado asistencia especial ante su estado de inanición, deshidratación y al complejo shock de estar por más de un mes sin ingerir alimento.
"Su estado es propio de algunos casos de personas que sufren pérdidas y lamentan desgracias, y que no cuentan con una resiliencia a problemas serios tomando estas determinaciones", explicó el psicólogo Raúl Rojas.