Ciudades vulnerables y el cambio climático
Parto estas líneas lamentando la difícil situación que gran parte del norte de nuestro país enfrenta a causa de una nueva manifestación del, a veces tan lejano, cambio climático.
Sin ánimo de utilizar una tragedia morbosamente, creo oportuno poder incorporar una óptica de análisis distinta a lo que los medios nacionales o el mundo político hoy difunden entorno a la emergencia.
Se viene anunciando desde hace varios años por la comunidad científica "Los veranos serán más calurosos, los inviernos más crudos, y también se incrementarán situaciones climáticas anormales alrededor de todo el globo". Esto se puede constatar fácilmente revisando las catástrofes que mes a mes ocurren en todo el planeta. Tal vez es difícil aceptarlo, pero los efectos del cambio climático han llegado a nuestro norte, a ese desierto que parecía ajeno a todos estos efectos.
Aparecen entonces voces que critican las reacciones ante una emergencia desmesurada a la visión cotidiana. Si bien es cierto que siempre hay espacio para mejorar, sobretodo en un país expuesto a las inclemencias de la naturaleza que no ha asumido tal condición e históricamente no ha dado prioridad a fortalecer la institucionalidad relacionada, también debemos considerar que hasta los países con más recursos económicos y mejor organizados han sido sobrepasados con creces por las fuerzas de la naturaleza.
Es justo y sano felicitar algunos aciertos que han mitigado los efectos de las últimas lluvias en nuestra región. En Calama se construyó un muro de contención en la ribera del río loa que, de no haber estado, es bastante probable El Loa desbordara tal como lo hizo en antaño. Así mismo, la infraestructura de defensa fluvial construida en las quebradas de Antofagasta respondió de muy buena manera y, sin duda, evitó una tragedia mayor.
Hoy se hace mandatorio salir de la mirada cortoplacista y netamente económica del desarrollo de nuestra sociedad. Es urgente invertir en desarrollo urbano con mirada de futuro, incorporando los efectos sociales y ambientales de nuestras actividades económicas. La sustentabilidad de la humanidad no es una utopía, hoy es una necesidad que debemos atender.