Giovanni Rojas tiene ocho años de edad y le gusta pasar su tiempo libre andando en bicicleta con su primo. Quiere ser profesor cuando grande y aprovecha la escuela de invierno organizada por la municipalidad de Calama para entretenerse durante las vacaciones.
Cuando le preguntan sobre su ciudad, Giovanni afirma que le gusta bastante. Sin embargo, preferiría que tuviera más parques para poder compartir con sus amigos al aire libre. "Me gustaría que en Calama hubiesen más parques, por ejemplo, donde vivo yo hay uno, pero no tiene juegos" dice Giovanni.
De la misma manera, en verano pide algún lugar para poder refrescarse fuera del parque acuático municipal. "Yo no puedo ir a esa piscina porque no nos alcanza para la entrada y en el puente Topáter hay mucha basura ahora", cuenta.
Siempre Calama
Al igual que Giovanni, otros niños y niñas que participan en la escuela aseguraron que les gustaba y querían mucho a Calama. Sin embargo, opinan que presenta algunas falencias, las que a tan corta edad, son capaces de identificar.
Daniela Castillo tiene 13 años y asiste a la escuela D 48. Cuando piensa en el futuro se imagina como una chef, ya que quiere estudiar gastronomía. Por ello el próximo año postulará al liceo Jorge Alessandri.
Cuando habla de su ciudad tiene todo muy claro: "En Calama faltan más áreas verdes para que los niños se diviertan. No sólo parques, sino que también más árboles y naturaleza", afirma.
En el tiempo libre Daniela practica zumba en el polideportivo y también nota que a los niños de Calama les falta hacer más deporte. Pero para ello "es necesario que se hagan más espacios para que practiquemos deporte", recalca.
Ciclovías y cultura
Catalina Pizarro, de 11 años quiere ser nutricionista cuando grande. En su tiempo libre prefiere jugar y conversar con sus amigos y por eso, acude a la escuela de invierno, pues más allá del computador, celular y tablet las actividades al aire libre con interacción llaman mucho su atención.
Al pensar sobre las necesidades de Calama, dice con mucha seguridad que es necesario que se construyan más vías para la circulación de bicicletas. " Hay muchos accidentes en bicicleta y por eso yo pediría a las autoridades más ciclovías", asegura Catalina.
Kiara Castillo, también de 11 años, sueña con ser cantante. Recuerda con mucha nostalgia cuando a tan sólo 4 años de edad le cantaba a su abuelito.
El sueño de Kiara es estudiar algo relacionado con ello, pues es su pasión. Además, de más áreas verdes, parques y ciclovías a Kiara le gustaría que se impulsara más el arte y el canto en los pequeños que no tienen las oportunidades para pagar cursos u otras instancias.
Cada uno con distintos sueños y aspiraciones, sin embargo, todos presentan el mismo amor por Calama y las ganas de que la ciudad avance.