Asaltos
Ahora que la ministra de Justicia sufrió la acción de delincuentes a raíz del asalto sufrido por su hija a quien le sustrajeron el auto, es de esperar que tome en serio la delincuencia que sufre el país.
Con sonrisas y aplausos a la Presidenta en cada acto que le toca participar, no se arregla nada.
Jorge Baeza Concha
Parte de la familia
Los tsunamis y terremotos en nuestro país son parte de nuestra familia. Debemos aprender a vivir con ellos. Es la geografía que nos correspondió. Nuestro Chile tiene volcanes de punta a punta y cada cierto tiempo se enojan y dejan la grande con sus travesuras.
Pero nosotros no hemos avanzado nada para protegernos: continuamos edificando en zonas que son de exclusivo derecho del mar. Tal como se realiza en Japón, nuestro país debe iniciar una enseñanza escolar sobre este tema para dejar de lamentarnos cuando la naturaleza se muestra con toda su fuerza expansiva, porque también desea relajarse de sus tensiones internas, cada cierto tiempo.
Renato Norero Valenzuela
Avances
En momentos de dolor, Chile muestra lo mejor de lo nuestro.
El terremoto quizás nos encontró mejor parados que antes. Hay que reconocerlo, los protocolos funcionaron en gran medida por las decisiones que se tomaron desde el 2010 y que no tienen que ver con gobiernos, sino con trabajo profesional. Pero hay instituciones que otra vez se lucen con notable entrega: Bomberos, Carabineros, nuestra olvidada y postergada Defensa Civil de Chile, PDI, Fuerzas Armadas, Cruz Roja y cientos de otras instituciones que en silencio y con trabajo duro nos dan fe, esperanza y ánimo en la humanidad.
¿Cómo no celebrar lo hermoso de nuestro país?
Francisco Sánchez Urra
Iglesia y Estado
Resulta curioso y sorprendente tener que explicar que la designación de un capellán católico de La Moneda, o el proponer o desaconsejar el nombramiento de miembros que conformen comisiones vaticanas, es un asunto que cae de lleno dentro de las atribuciones de los obispos en sus respectivas diócesis. Se trata de materias neta e indiscutiblemente intra eclesiásticas.
De tal modo que a las autoridades del Estado no les corresponde -merced a la separación entre la Iglesia y el Estado- pronunciarse en ningún sentido respecto de la oportunidad, conveniencia o fundamentos de las decisiones que las autoridades de la Iglesia adopten al respecto.
Hay sectores que (cuando les conviene) invocan la mencionada separación de potestades, para acusar (sin fundamento) a la Iglesia de entrometerse en asuntos que están fuera del ámbito de su competencia, cada vez que ella se pronuncia sobre el derecho a la vida, o sobre la conformación de la familia y del matrimonio.
No obstante, esos mismos sectores, no solo no tienen ningún remilgo en opinar sobre asuntos relativos a la administración interna de la Iglesia, sino que se permiten incluso descalificar y deslegitimar a los prelados cuando éstos actúan dentro del ámbito de su competencia.
Estas pretensiones reflejan que la tan manida separación entre la Iglesia y el Estado, funciona en un solo sentido y, por lo mismo, dan cuenta de una incoherencia y de una intolerancia bastante notables.
¿Qué dirían esos mismos representantes del Poder Legislativo si los obispos descalificaran moralmente y le negaran representatividad a la Presidenta, porque ella descartara nombrar a un funcionario público en un cargo de su exclusiva confianza?
Francisco Carvallo González
Mejorar las confianzas
A través de su prestigioso medio expongo lo que considero urgente para mejorar la confianza de la ciudadanía.
Soy un convencido que no existirá ninguna reforma ni proyecto que logre mejorar la confianza si primero que no se toman decisiones drásticas para cambiar el rumbo del país.
Manuel Torres