Generalmente, los abusos y violaciones son abordados en su contexto legal y el castigo que debe recibir el autor. Sin embargo, los traumas que se generan en la víctima son un tema amplio y difícil de abordar. Las consecuencias solo logran una solución a largo plazo, con ayuda familiar y médica, pues pueden derivar en trastornos del ánimo e incluso de personalidad.
El psicólogo clínico y gestor clínico del Centro Comunitario de Salud Mental (Cosam) del hospital Carlos Cisternas, Juan Reyes, explicó qué genera un abuso en las distintas etapas de la vida, lo fundamental del respeto, del autocuidado y contar con un entorno inmediato que entregue contención, protección y la capacidad de denuncia.
Daño
El profesional precisó que cuando ocurren abusos sexuales es, independiente de la edad, un evento traumático que a todas las personas les causará consecuencias psicológicas inmediatas, a mediano y largo plazo y detalló que no son enfermedades mentales.
Asimismo, expresó que el daño variará en la edad que se tenga, pues hay conceptos distintos de lo que es la sexualidad.
Dijo que en los menores de 12 años, que tienen una sexualidad que no se expresa de manera genital sino en afectividad, "genera la activación de una serie de elementos que el niño no está preparado para vivir".
Precisó que en esta edad no hay diferenciación entre niños y niñas en las consecuencias, "porque no tienen muchas herramientas para defenderse de un victimario, generalmente son manipulados por el victimario o el abusador y les es muy difícil develar la situación, además no la pueden entender".
Reyes enfatizó en esto último, recalcando que los niños no entienden lo que está sucediendo, porque no está en su vivencia la genitalidad, por lo que pueden normalizar el abuso, "a no ser que un adulto se dé cuenta o que el niño lo devele".
Ante esto, el profesional argumentó que es fundamental desarrollar competencias en los pequeños para que puedan contar lo que les está sucediendo y así no quedar en la más amplia vulnerabilidad.
"Ningún niño va a disfrutar con esta situación y tener una familia o entorno inmediato que es capaz de escucharlo, tomar en cuenta lo que está sucediendo y las medidas para que eso no continúe, tiene altas probabilidades de reparar el daño y hacer una vida normal".
Reyes recalcó que los padres así como enseñan a cruzar la calle o ponerse el cinturón de seguridad, también deben hacerlo en el ámbito sexual. A esto se suma algo fundamental y es el respeto por el niño.
"Es muy importante tener un contexto de respeto con los niños, es decir, escucharlo. Cuando dicen que no les gusta una comida es importante respetarlo, porque entenderá que si hay una situación extraña el papá o la mamá lo escucharán. Estamos hablando de respetar sus espacios, su cuerpo y aquellas cosas que les disgustan. No obligarlo a hacer cosas que no quiere, a menos que sean importantes, como estudiar, por ejemplo", precisó Reyes.
Adolescentes
En esta etapa, el psicólogo clínico hizo una diferenciación, porque depende de la experiencia en particular y en el contexto que se da, "porque no es lo mismo ser víctima de una violación en la calle, por una persona desconocida, a que sea un familiar o una persona de confianza".
Asimismo, contó que en los hombres es más difícil que se dé un abuso, porque tienen más capacidad de defensa, más impulsividad, son más agresivos. "Hay una capacidad de protegerse distinta a la de una mujer. Pero cuando ocurre tienen secuelas mayormente en la esfera psicosexual".
En tanto, agregó que un abuso trae consigo una serie de consecuencias relacionadas con el desarrollo de su personalidad, en su autoestima, baja el rendimiento en general, tanto en el campo social como académico, sin dejar de lado el aspecto familiar.
Precisó que es fundamental el apoyo del núcleo más cercano, "porque hemos visto que los casos más graves son cuando develan estos temas y no son escuchados o son desestimadas sus acusaciones por familiares, por lo tanto la dinámica se perpetúa y constantemente esta revictimizándose, porque ve a la persona abusadora. Entonces, la sensación de abandono y desamparo es enorme".
Esta situación agrava el daño, pues se genera más desconfianza en los demás, se disminuye la capacidad de relacionarse y eso genera consecuencias importantes en la adultez. "Cómo puedo confiar en otro si las personas con las que más debía hacerlo, que son mis cuidadores, no reaccionaron frente a esta situación".
Adultez
Las consecuencias de un abuso pueden ser variadas, en el caso de las mujeres, Reyes reveló que aquellas que no recibieron una reparación cuidan a sus hijos más que otras mamás, son más pendientes, no dejan que los toquen los adultos, no le gustan las dinámicas entre abuelos y nietos. "Son madres más protectoras".
En este sentido, dijo que es necesario buscar la reparación de aquel trauma, para "que entiendan que su situación de abuso sirve para que no vuelvan a vivir una situación así. Se redefine ese dolor para que tenga un sentido distinto en la vida, para que entiendan que no fue gratuito lo que vivieron, no fue porque sí".
"Hay que restablecer la confianza básica, que es la capacidad de levantarse en la mañana y no tener miedo que pase algo. Es importante redefinir que se puede hacer una vida normal, pero que se necesita un proceso de reparación psicoterapéutico es fundamental, porque ese es el espacio donde esos recuerdos y ese dolor puede redirigirse", comentó el psicólogo.
Dijo que la ayuda profesional permite comprender que "siempre quedará la cicatriz de la herida, pero no tiene por qué doler, esa es la metáfora. Fue un hecho importante, se recordará, siempre estará presente, pero ya no va a doler".
También precisó que en este proceso se entregan las herramientas para avanzar, porque "aquellos que han sido abusados viven un rol de víctimas para toda la vida, entonces se compartan como tal y uno no puede vivir siempre así, porque estará expuesto a que alguien quiera ser victimario".
"Siempre quedará la cicatriz de la herida, pero no tiene por qué doler, esa es la metáfora. Fue un hecho importante, se recordará, siempre estará presente, pero ya no va a doler".
Juan Reyes Psicólogo clínico
Acción del sename
En Calama existen dos entidades de reparación en maltrato grave, que contribuyen al proceso reparatorio del niño, niña o adolescente (NNA) que ha sufrido maltrato grave, constitutivo de delito (abuso sexual, violación y maltrato grave).
Estas entidades son organismos colaboradores de Sename y trabajan por convenio con cantidades de atenciones mensuales, además también realizan sobre atención por la demanda que existe. En ellos se realiza un trabajo psicosocial con los NNA y sus familias.
El Sename ve situaciones de vulnerabilidad a través de tres vías, la primera es mediante la OIRS donde se evalúa si es necesaria una medida de protección, la segunda es por requerimiento, que en estos casos se denuncia ante el tribunal, y la tercera es una denuncia.
Las acciones que se adoptan son solicitar una medida de protección y las cautelares ante el tribunal y luego de esto se apertura la causa de cumplimiento.
2 años puede durar un proceso de reparación en una persona que haya sido abusada sexualmente. Hay otras que necesitan de toda su vida de apoyo profesional.
3 vías tiene el Sename para conocer las vulneraciones de niños y adolescentes. Una es la Oficina de Información, Reclamos y Sugerencias, la segunda por vía tribunal y la última la denuncia al organismo.
2 entidades en Calama y cinco en Antofagasta trabajan en reparación de maltrato grave. Son entidades colaboradoras del Sename que poseen cupos designados de atención.