Hay ciudades que han cometido el grave error de prescindir de sus áreas que estaban destinadas a parques o plazas para llenarlas de casas, lo que termina por convertirlas en poco amigables, "ahogando" a sus habitantes.
Calama tiene numerosas zonas que aún pueden ser aprovechadas como áreas verdes, incluyendo a futuro el parque Balmaceda, una vez que salga la línea del tren desde la ciudad.
Y en esta dirección el Municipio ha tomado como iniciativa poder modernizar ocho plazoletas de la ciudad y devolver su razón de ser, que es permitir a los habitantes tener un lugar para descansar, para relajarse y para convivir en comunidad.
Es que muchas plazoletas se han quedado en el pasado y requieren ser intervenidas en sus luminarias, bancos, áreas verdes y otros elementos que las hagan más atractivas, como equipamiento deportivo o juegos.
Pero más allá de este aporte, es indispensable seguir creando áreas de esparcimiento para la población, ampliar zonas de distracción acorde a nuestra realidad geográfica y climática.
El desarrollo de plazas y parque son claves para que una sociedad tenga una vida más sana, porque ayudan a sentirnos más libres en medio de una zona agreste, a sentirnos con más espacios, más cercanos a la naturaleza y con un entorno mucho más agradable.
El arreglo de las primeros ocho sitios como plazas darán un cambio radical a diversos sectores poblaciones y permitirá una mejor convivencia de los que residen en esos lugares.
Debemos dar acogida a estos lugares, pero a la vez tenemos la responsabilidad de cuidarlos e incorporarlos a nuestra vida diaria.
De esta manera iremos dando un nuevo rostro al paisajismo de nuestra ciudad, con el fin de hacerla más amigable y con áreas verdes que además son pequeños pulmones para descontaminar la comuna.
En la medida que cambiemos la ciudad para hacerla más atractiva, estaremos beneficiándonos todos y al mismo tiempo podremos enorgullecernos del lugar donde vivimos.