Literatura infantil: una atractiva opción para que los niños disfruten el verano
CONTRIBUCIÓN. Los cuentos, la poesía y las historietas estimulan la imaginación, desarrollan la creatividad y generan un ambiente placentero para los pequeños, alejándolos del aburrimiento.
Procurar la entretención de los niños pequeños en verano, época que casi siempre es tiempo de vacaciones para ellos, muchas veces se transforma en un complejo desafío para sus padres, abuelos o personas encargadas de su cuidado. En especial cuando se ven obligados a permanecer al interior del hogar o se trata de hijos únicos o que tienen hermanos bastante mayores.
Una alternativa atractiva pero poco fomentada en la actualidad -debido a la existencia de la televisión, las consolas de juego, el DVD y otros aparatos electrónicos- es la lectura.
Lo que en general ignoran los adultos es que la literatura infantil no está orientada a la enseñanza propiamente tal, sino, más bien, a estimular la imaginación y a generar un ambiente placentero para los niños, lo que indudablemente incrementará su percepción del mundo, su creatividad, su forma de relacionarse con otros, su lenguaje y su estética.
De lo anterior se desprende la importancia de reivindicar la literatura infantil, ya sean cuentos, narrativa, poesía o cualquier otro género que implique la interacción del niño al escuchar a sus padres, abuelos u otro ser significativo.
"Decir por ejemplo 'había una vez...' es un acto de magia, pero sin efectos especiales proyectados en una pantalla, sin imágenes animadas con las más modernas tecnologías. Sólo con la palabra y su misterioso hechizo, un cuento puede ejercer un poderoso y gratificante influjo sobre quien lo escucha, especialmente si se trata de un niño pequeño", afirma Patricia Herrera Sepúlveda, magíster en Ciencias de la Educación, académica e investigadora de la Escuela de Educación Parvularia de la Universidad de Valparaíso.
La literatura infantil tiene el mismo efecto que generan las primeras canciones de cuna o aquellos juegos verbales que se llevan a cabo de preferencia durante los dos primeros años de vida, cuando los más pequeños se dejan llevar por el tono de voz y los movimientos que el adulto que lo sostiene en su regazo realiza durante los mismos.
"Así como en las primeras etapas de la infancia los niños gozan con las canciones rimadas, los versos acompañados de gestos y los sonidos hechos con las palmas de las manos, a medida que van creciendo se motivan especialmente con las imágenes de las narraciones, versos o historias contenidas en los libros, pues al adentrarse en ellos terminan transformándose en protagonistas de los mismos", explica la profesora Patricia Herrera.