ASylvester Stallone lo perjudicó Hollywood, la era Reagan, la cultura de gimnasio, la cirugía plástica, el "american way of life". Poco tiempo después de su debut se transformó en una suerte de emblema de la mala actuación, hinchado por los anabólicos, modulando torpemente como si fuese un boxeador con daño cerebral. Él soportó los golpes y las burlas con tranquilidad, confiando en su talento y especialmente en su capacidad de sobrevivencia.
Lo injusto es que Sy -como lo llaman algunos- era mucho más que Chuck Norris, Arnold Schwarzenegger o Dolph Lundgren. Sus inquietudes lo llevarían también a dirigir, escribir (es autor de la interesante novela "Paradise Alley", posteriormente llevada a la pantalla) o encargarse de la banda sonora de sus películas. Su obsesión por el mundo de los boxeadores y luchadores reflejaba acaso sus propias peleas personales, como si externalizara desde la ficción aquellos años en que, asediado por la pobreza, se vio obligado a aceptar un trabajo como actor porno. Fueron tiempos difíciles, sus comienzos en el complejo negocio del cine.
Casi medio siglo más tarde, a los 69 años de edad, Stallone no baja la guardia. Sus últimas películas recogen, con tanto humor como dramatismo, los pedazos de las ruinas del tiempo; dialogan desde el crepúsculo con sus invenciones de juventud. La saga de "Los Mercenarios" -compuesta de íconos del cine de acción en plena tercera edad- es una broma necesaria y reconfortante, mientras que "Rocky Balboa" (2006) está a la altura de la primera entrega sobre el pugilista. Retirado, viudo, encerrado en los muros de su propio restaurante, el alguna vez campeón mundial debe enfrentarse a un contrincante mucho más joven por pura crueldad, únicamente para complacer el apetito voraz de una industria televisiva en busca de rating.
Cuando pensábamos que sería el fin ahora se estrena "Creed: Corazón de campeón", un nuevo round existencial en la vida del entrañable deportista, quien es contactado por el hijo de su fallecido rival y amigo Apollo Creed para que lo entrene. Esta vez Balboa estará siguiendo la contienda bajo el cuadrilátero como si observara el doloroso desfile de sus propias memorias.
Dirigida por Ryan Coogler -y coronada por una nominación para Stallone en los Oscar del próximo 28 de febrero, como Mejor Actor de Reparto-, es una cinta cocinada sobre el fuego de la melancolía, un nuevo triunfo en la carrera de un artista arriesgado, digno y perseverante.
Stallone tiene una nominación para los oscar en esta séptima entrega de rocky.
El director Ryan Coogler.
en resumen
Rocky Balboa es el nombre de un personaje de ficción interpretado por Sylvester Stallone desde la película "Rocky", de 1976. La franquicia del indomable boxeador italoamericano ha tenido cinco secuelas.
Por Andrés Nazarala R.
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