Después de las elecciones primarias del "Súper martes" y asambleas partidistas en una docena de estados de EE.UU., Donald Trump y Hillary Clinton reforzaron su dominio en las nominaciones presidenciales de sus partidos. Cada uno ganó en siete estados.
Al día siguiente, la principal corriente demócrata se mostraba satisfecha, mientras que en el lado republicano algunos entraron en pánico. Senadores y gobernadores republicanos alrededor del país expresaron su temor de que Trump estuviera cerca de una ventaja insuperable de delegados.
Incluyendo a los llamados "superdelegados", quienes pueden votar por el candidato que más les guste sin importar los resultados del voto popular, la ex secretaria de Estado contabilizaba 1.052 delegados, según un conteo de AP, mientras que su rival, el senador por Vermont Bernie Sanders, totalizaba 427 apoyos.
Se necesitan 2.383 delegados para lograr la nominación demócrata.
En el ala republicana, Trump sumaba 319 delegados y sus principales competencias, los senadores de origen cubano Ted Cruz y Marco Rubio, obtenían 226 y 110 delegados, respectivamente.
Los aspirantes republicanos requieren 1.237 delegados para conseguir la candidatura.
Mucho más atrás se ubicaban el actual gobernador de Ohio, John Kasich, con 25 delegados, y el médico Ben Carson, con apenas ocho. Este último anunció ayer la suspensión de su carrera a la Casa Blanca a la luz del paupérrimo resultado.
Según EFE, la importante jornada electoral dejó claro que el problema de los republicanos no es Clinton, sino la posibilidad cada vez más mayor de que Trump sea su candidato presidencial.
Como advertía ayer el diario The Washington Post, la "ventana" para evitar una candidatura presidencial de Trump "se cerró casi completamente" con las victorias del magnate en siete de los 11 estados en juego y, además, el partido no cuenta en este momento con una estrategia consensuada para rechazar al multimillonario neoyorquino.
"Los republicanos parecen estar vacilando, incapaces o reacios a comprender que un turbio y grandilocuente mentiroso (Trump) está fraguando la imagen de su partido como símbolo de intolerancia y división", sostuvo ayer The New York Times en un duro editorial.
El diario urgió, además, a que las "infames declaraciones" e "ideas superficiales" de Trump sean expuestas a través de "análisis desapasionados y debates inteligentes, estrategias que levantarían" a sus oponentes por la nominación presidencial republicana.
Hasta ahora, los principales líderes republicanos en el Congreso han hilado fino cuando han tratado de distanciarse de Trump y no lo han hecho a menudo.
Este martes, tanto el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, como el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, denunciaron de manera velada la negativa de Trump a condenar en una entrevista el apoyo de un antiguo líder del grupo supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK) a su campaña.
La agencia AP indicó que Ted Cruz surge como el candidato que puede frenar al multimillonario, con un poco de ayuda de Rubio.
Sin embargo, una proyección de The New York Times sugería que, de seguir al mismo ritmo, el polémico candidato podría obtener la nominación de su partido en mayo, dos meses antes de la convención republicana.
La siguiente cita electoral importante será el 15 de mayo, cuando se celebren primarias en cuatro estados grandes: Florida, Illinois, Misuri y Carolina del Norte.
Perfil de los partidarios
En el "Súper martes", Hillary Clinton mantuvo a la gente mayor y se llevó una parte del apoyo del grupo entre los 30 y 44 años de Bernie Sander, mientras que su rival se llevó una clara ventaja con solo un grupo generacional: aquellos menores a los 30, de acuerdo con unas encuestas de AP y Edison Research. Del lado republicano, Trump y su mensaje obtuvieron casi dos terceras partes de los votantes que buscan colocar a un forastero en la Casa Blanca. Marco Rubio y Ted Cruz se dividieron a los interesados en experiencia política.
1.052 delegados
conseguía Hillary Clinton de los 2.383 necesarios, según un conteo de AP. 15
de mayo se celebrará la próxima jornada electoral importante, donde habrá primarias en estados grandes.