Ascotán - Cebollar: Evidencias de un pasado desconocido
TRABAJO. La Asociación Indígena junto con la Corporación de Cultura y Turismo hacen una labor de rescate patrimonial.
A 3.700 metros sobre el nivel del mar y a 120 kilómetros de Calama, se encuentran Cebollar y Ascotán, pequeños poblados que guardan una riqueza inigualable en el ámbito cultural y patrimonial, esto gracias a la labor reflejada por la Asociación Indígena de estas localidades, cuya orientación está dirigida al rescate de las tradiciones y costumbres existentes hace siglos en esta zona.
Con la finalidad de lograr este proyecto es que la Corporación de Cultura y Turismo a través de su dirección de Museos, está desarrollando un catastro de sitios de interés patrimonial, trabajos efectuados junto a la Asociación Indígena de Ascotán- Cebollar.
Esta iniciativa está orientada a identificar áreas de interés arqueológico, etnográfico, biológicos y geológicos, con el propósito de iniciar tareas de conservación, registro, puesta en valor e investigaciones.
En este sentido, la labor consideró registrar sitios de carácter arqueológico, evidenciando, tramos de caminos incas, refugios estacionarios, talleres líticos para la elaboración de artefactos en piedra, estructuras de clara arquitectura inca y restos de fundiciones precolombinas, entre otros.
Pero eso no es todo, el recorrido además correspondió a las áreas de interés natural con registros de flamencos, vicuñas y una diversidad de especies que permiten un registro solvente acerca de los aspectos etnográficos, arqueológicos y de la naturaleza de zona.
La directora de la corporación, Alejandra Zuleta Rodríguez, resaltó el trabajo realizado. "Se realizó una alianza estratégica con la comunidad de Cebollar y Ascotán cuyo objetivo estuvo orientado a disponer de todo el apoyo técnico para resguardar el patrimonio cultural de esa comunidad, lo que le otorga la oportunidad de preservar su herencia ancestral, conocerla, cuidarla y resguardarla para las futuras generaciones, transformándose en importantes elementos que son parte de la riqueza patrimonial para Calama".
Por su parte, el director de Museos de la corporación, Osvaldo Rojas, destacó que "ha sido muy valioso e interesante desarrollar este reconocimiento en algunas áreas de interés patrimonial y científico del territorio de la Asociación Indígena de Cebollar- Ascotán, principalmente compartir con su gente, la que presenta raíces profundas en su tierra, que se sienten impulsadas a buscar las asesorías necesarias en busca de protección para su historia, la cual valoran y sienten la necesidad de conservar para sus descendientes".
Aspectos Etnográficos
Los habitantes de Cebollar- Ascotán son en su mayoría descendientes Quechua, destacando en su patrimonio aspectos materiales e inmateriales como la lengua, religiosidad andina, modos de expresión, conocimientos de la naturaleza, celebraciones a la Pachamama y sus santos patronos.
Este grupo de personas enaltecen el patrimonio cultural material a través de expresiones como tejidos, arquitectura tradicional tanto coloniales, iglesias y campos de cultivos, entre otros.
Aspectos arqueológicos
Según datos recopilados por el área de Museos, los primeros habitantes del norte de Chile eran cazadores recolectores, quienes estuvieron situados en el salar teniendo la posibilidad de contar con densos bofedales, esenciales para la caza y la recolección.
En este sentido, siguiendo el curso del río Loa existen aspectos arqueológicos que se caracterizan por estructuras semicirculares, morteros de base redonda, vestigios de elaboración de herramientas para la caza fabricadas en piedra, incluyendo además perforadores del tipo presente en el complejo Chiu Chiu .
Alexis Quispe Muraña, comunero de Cebollar - Ascotán, añadió que "estamos muy agradecidos del apoyo que nos ha entregado la Corporación de Cultura y Turismo a través de Museos por realizar este catastro, porque nos sentíamos abandonados y creemos que existe una riqueza inigualable de vestigios que tienen una historia que muchos desconocen".
Expedición Ascotán
En la primera parte de la expedición a 4 mil 200 metros sobre el nivel del mar en las cercanías del sector Ascotán, específicamente en la Quebrada del Inca, se encontraron estructuras circulares que sirvieron como refugios ocasionales, sin tener mayor elaboración en su diseño, ya que eran ocupados como lugares ocasionales por los pastores y viajeros.
Si bien estas estructuras se adaptaron al terreno, se complementan con corrales para animales para lo cual utilizaron los mismos patrones arquitectónicos, en su superficie se pueden observar fragmentos de cerámicas inca, restos de fogones, trozos de cerámicas utilitarias y escorias con trazas de cobre, todos destacan en el estudio de la estructura de un antiguo camino tropero elaborado y utilizado por largo tiempo.
"Estas son estructuras estacionales circulares que indica la presencia del hombre en tiempo tardío por las evidencias de cerámicas que se encontraron en la superficie, esto contempla entre los 800 y 900 años de antigüedad", añadió Osvaldo Rojas.
En este mismo recorrido realizado por representantes de la Asociación Indígena de Ascotán y profesionales de la Corporación de Cultura y Turismo se pudo encontrar una fundición con basuras hispánicas con una cantidad de material de combustión relacionados a fragmentos de escorias, trozos de cobre al natural, fragmentos de lozas y latas de conserva utilizadas por viajeros recientes ya en épocas coloniales.
Según explicó Osvaldo Rojas "en este sector no podemos descartar nada, debido que esta zona fue ocupada, además, para hacer intercambios de productos de un territorio a otro, como por ejemplo animales, ropas, tejidos, religiosidad, y variados aspectos culturales".
Expedición Cebollar
Cebollar está ubicado en el sector poniente del Salar de Ascotán y para ello la expedición realizó un amplio catastro en relación a vestigios que pudiesen existir, pudiendo detectar la presencia de fauna y recursos vegetales, haciendo hincapié a que en el lugar se dio paso al asentamiento de los primeros habitantes que llegaron en tiempos precolombinos a ocupar el territorio.
Haciendo el recorrido se pudo determinar la presencia de cazadores recolectores a través de evidencias en superficie de desechos correspondientes a la actividad de pastoreo y agricultura de subsistencia. En este mismo ámbito, fue encontrada una estación de ferrocarril en ruina, desglosando que hubo un poblado dedicado al cuidado de animales y resguardo de los trabajadores de la extracción del bórax y personal dedicado al servicio de la estación de trenes que une Chile y Bolivia.
Un lugar que guarda una historia que pudo generarse de ocho a diez siglos atrás, donde se evidencia que los primeros habitantes eligieron lugares estratégicos para la labor de caza y recolección en los bofedales del salar, contando con la seguridad necesaria que le brindaban estos miradores en altura. En la cúspide del cerro más alto de Cebollar se pudo observar restos de artefactos líticos elaborados en material de vítreo como es la obsidiana (materia prima, que permitía elaborar artefactos muy funcionales con técnicas muy rudimentarias).
El Salar de Cebollar actualmente presenta evidencias desde tiempos de los cazadores - recolectores, asentamientos estacionarios, estructuras ocupacionales y variados caminos de origen precolombino, igualmente se deben considerar las ocupaciones coloniales y de origen republicanos que presenta el área.
Una senda por recorrer
El territorio de la Asociación indígena de Cebollar Ascotán presenta una zona prácticamente inexplorada en las materias patrimoniales de interés, salvo algunas noticias publicadas por el Padre Le Paige quien visitó el área en 1966, descubriendo la presencia de los primeros habitantes del Salar.
El principal valor que tiene el sector, es su gente, quienes a través de la tradición oral han trasmitido hasta estos días la historia de los troncos de antiguas familias que desarrollaron su vida en los pueblos, el apego a sus tradiciones y costumbres que por lo alejado e inhóspito de la puna se han conservado con muy poca alteración.
3.700 metros sobre el nivel del mar se encuentran Ascotán y Cebollar, sectores que surgen por su incalculable riqueza cultural y patrimonial.
120 kilómetros separan a Calama de Ascotán y Cebollar. El camino para llegar a estos poblados está marcado por una nutrida flora y fauna. Un paisaje difícil de ignorar.
900 años de antigüedad tienen algunas construcciones encontradas por el equipo de profesionales que está trabajando en el sector donde se ubican están localidades.