Los sueños están condicionados por nuestro "modo de soñar"
INNOVACIÓN. Investigadores de la Universidad de Hong-Kong han determinado que diferentes problemas surgidos mientras dormimos afectan al transcurso de nuestros sueños.
soñar y poder dormir no es lo mismo. Los sueños son las vivencias principales de nuestro dormir. Dormimos, descansamos y nos recuperamos. Soñamos, recuperamos secuencias vividas en nuestra mente, y aprendemos.
El sueño es un tema fascinante. La humanidad ha considerado, desde la antigüedad, que nos comunicábamos con los dioses a través de ellos, que nos íbamos a realidades paralelas. Por esto, los sueños son un gran enigma que todavía genera controversia e interés.
La ciencia no es ajena al misterio que los sueños suscitan. Por ello, el estudio científico del sueño ha cobrado mayor importancia en el campo de la psicopatología. Sin embargo, soñar es un proceso complejo considerado como uno de las incógnitas más misteriosas del cerebro y, hoy el día, la comunidad científica aún tiene muchas dudas sobre él.
Algo que tenemos claro, y que parece ser una verdad difícil de cuestionar, es que el sueño es una necesidad psico-biológica y es imprescindible para nuestro organismo. Esto es porque permite la realización de funciones fisiológicas y psicológicas de gran importancia, tales como reparar tejidos o fortalecer la memoria y el aprendizaje, entre otros. De esta manera, podemos seguir realizando nuestra vida cotidiana en condiciones óptimas.
En ocasiones, esta parte de nuestra vida que, en principio, es placentera y nos ayuda a descansar, puede convertirse en una auténtica pesadilla. De hecho, los trastornos del sueño son un gran problema de salud a escala mundial y suponen una mala calidad de vida para las personas que los sufren.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Hong Kong Shue Yan (Hong Kong) se ha adentrado en este complejo mundo y aporta luz sobre los elementos que condicionan nuestros sueños. De hecho, existen (como veremos) diferentes evidencias de cómo algunos fenómenos oníricos pueden tener distintos impactos en nuestra mente y en nuestro procesos de sueño.
Curioso
Muchas veces hemos oído que, durante el sueño no vivimos, que perdemos el tiempo, que estamos medio muertos. Sabemos que todo esto no es cierto. Pero lo que desconocíamos es que nuestra manera de soñar podía llegar a afectar, a su vez, a nuestros propios sueños.
De hecho, esta investigación nos sorprende al mostrar que desde el sueño tenemos capacidad para afectar a nuestro propio sueño y a los potenciales beneficios que éste tendría.
Sería interesante saber, aunque todavía queda mucho por estudiar, si además a través del sueño tenemos capacidad también para evitar o reducir las consecuencias negativas que pudiesen surgir durante nuestras noches.
Evaluación
Los autores de este estudio evaluaron determinados aspectos de los sueños de 186 estudiantes de secundaria superior. Estos aspectos fueron: la intensidad subjetiva de las experiencias oníricas, la temática del propio sueño y las perturbaciones que surgieron mientras dormían.
Los resultados obtenidos sugieren que la mayor parte de los problemas que surgen mientras dormimos, excepto el bruxismo, el sonambulismo y el ronquido, pueden amplificar aspectos relacionados con nuestros propios sueños. Uno de los efectos más fuertes y extensos es la parálisis del sueño, es decir, la sensación de no poder moverse ni hablar ni reaccionar de ninguna de las maneras. Pero no es el único.
Durante los sueños, se pueden producir alteraciones de nuestro ritmo circadiano (ciclo de 24 horas que nos rige), las denominadas hipersomnias (sueño excesivo, constante e involuntario) o la costumbre de hablar en sueños.