Cuando un consumidor contrae un compromiso económico debe hacerlo pensando en que podrá cumplir. De ahí la importancia de considerar todas las variables, por ejemplo, si el ingreso familiar puede soportar una nueva carga crediticia, estabilidad laboral, entre otras.

No obstante, las empresas al momento de realizar las cobranzas extrajudiciales, deben respetar la dignidad de las personas. En este sentido, es importante que los consumidores sepan que la Ley establece una serie de derechos, que buscan precisamente salvaguardar su tranquilidad ante llamadas telefónicas amenazantes o en horarios que no corresponden, notificaciones en sus lugares de trabajo, entre otras malas prácticas.

Por eso, recuerde que las empresas al realizar acciones de cobranza extrajudicial no pueden informarle a otros sobre su deuda, como a los familiares o el jefe. Es decir, está prohibida cualquier conducta que afecte su privacidad o situación laboral. Por otro lado, los llamados de cobranza sólo se pueden realizar de lunes a sábados entre las 8 y las 20 horas.

Las empresas no pueden enviar a los consumidores documentos que aparenten ser escritos judiciales, con el propósito de amedrentarlos.

Los consumidores tienen derecho a pagar su deuda directamente a la empresa a la que le deben.

Además, hay que recordar que a fines de diciembre del año 2013 se aprobó en el Congreso Nacional la Ley denominada "Sobre protección de deudores de crédito de dinero".

Entre las modificaciones más importantes se establece que las empresas están obligadas a realizar al menos una gestión de cobranza, sin cargo para el deudor, cuyo propósito es informarle al consumidor sobre su mora, acción que deberá realizar dentro de los siguientes 15 días a cada vencimiento impago.

Los porcentajes por concepto de cobranzas extrajudiciales deben ser aplicados sobre el monto de la deuda vencida a la fecha del atraso y no al capital adeudado.

El consejo que hacemos como Sernac a los consumidores es a evitar el sobre endeudamiento, comprando sólo lo que pueden pagar y a cumplir con sus compromisos económicos.

Marcelo Miranda,

Director Regional del Sernac

Los seguidores de Cobreloa coincidirán con quien suscribe que cuando el equipo cayó a la Primera B, era el fondo y que este duro golpe serviría para que los dirigentes dejaran sus intereses personales de lado y se pusieran a trabajar en beneficio del club. Lamentablemente la realidad nos dice otra cosa y hoy tras una débil presentación en el campeonato y sin la posibilidad de ascender no es iluso pensar que pueden venir cosas peores.

Es más si uno ve que hay equipos, claramente sin la tradición de Cobreloa, pero si con muy buenas campañas en la serie de Honor que hoy luchan por no caer a la Segunda división, entenderemos que la debacle aún no termina.

Lo malo es que siguen las divisiones y siguen los mismos problemas que creímos erradicados. Con algunos dirigentes tratando de imponer a cómo dé lugar sus ideas y sus opositores atrincherados respondiendo el fuego.

Y otros exdirigentes operando desde las sombras para influir en las decisiones finales que les pudieren favorecer a sus mezquinos intereses o idealismos que hoy de nada sirven.

En esas circunstancias es muy difícil zafar de los problemas. Más si la situación económica del club atraviesa por momentos difíciles con deudas tributarias, con jugadores impagos y ya sin el aporte de Codelco. Son en estos momentos en los que se requiere pensar bien las cosas antes de hacerlas y tratar de dar un vuelco antes que todo se vaya al despeñadero.

El nuevo presidente del club, Gerardo Mella, tiene una tarea difícil y sabe que los tiempos que vienen serán aún más complicados. Y pese a que tenido que lidiar con una enfermedad, se siente con las ganas de sacar a la institución a flote en el plano económico y deportivo.

Confianza que se puede ver truncada si no es capaz de conciliar las odiosidades entre los directivos y limpiar un plantel de jugadores profesionales que no han estado a la altura que se requiere.

Cobreloa puede salir fortalecido de esta incómoda posición pero tiene que apartar a los malos elementos y trabajar con gente de bien, en todo ámbito.