Comenzó a llegar el frío a la zona e inmediatamente comenzaron a aumentar las enfermedades respiratorias, pasando de 30 a 60 usuarios diarios. Esta situación contrasta con la campaña de vacunación contra la influenza que lleva un 56% de avance y que terminaba esta semana.
Es necesario que la población prevenga considerando que la vacunación es gratuita para poder tener un invierno más tranquilo, y además evitar que los servicios de urgencia colapsen en el momento peak de los brotes epidémicos.
Claramente es mejor prevenir que lamentar, más aún si se trata de grupos vulnerables, por lo que para ellos es imprescindible vacunarse contra la influenza.
Ante la indiferencia de la población, el plazo se ha extendido en un mes más, con el fin de que todos puedan concurrir a vacunarse a los centros de atención de salud.
Como ya sabemos la atención está orientada principalmente a menores entre seis meses y cinco años, y para adultos mayores de 65 años, embarazadas y enfermos crónicos.
En el caso de Calama las personas que menos han acudido son precisamente las embarazadas y adultos mayores.
Hay que considerar que dadas las actuales condiciones climáticas en nuestro país, se ha producido un desplazamiento de la curva epidemiológica y se espera que el momento más duro de la patología podría presentarse durante agosto y septiembre.
No podemos dejar de considerar que la influenza es una enfermedad grave, que en algunos casos puede generar importantes complicaciones, y en casos extremos la muerte. El año pasado se registraron 40 fallecimientos de personas que no se vacunaron contra la influenza.
En definitiva lo que se busca es proteger a la población, y evitar que esta enfermedad provoque víctimas, cuando podrían evitarse.
La falta de tiempo y dinero no son una excusa, porque las vacunas son gratuitas y además están disponibles en todos los centros de salud de la ciudad además de vehículos móviles que se instalan en algunos sectores de la ciudad.