Durante el último tiempo la figura de aquel rebelde montado en una motocicleta cambió producto de la integración de estas agrupaciones de motoqueros con la sociedad.
Se dejó atrás el estigma del renegado de la carretera independiente y solitaria para dar paso al hombre solidario en campañas sociales.
Es así, como el número de clubes aumentó en la última década en la capital de la provincia El Loa, son prácticamente once agrupaciones, donde recientemente se conformó el Motogroup Resilientes de Calama, donde los integrantes decepcionados de otras organizaciones decidieron apostar por la familia como principio de la institución que además reunió a un grupo de personas que debieron enfrentar dificultades extremas y salieron adelante.
Familia unida
El presidente de la organización que nació a la vida con 10 integrantes el 30 de abril de 2016, Esteban Avendaño, señaló que "nos estábamos juntando desde antes, de hecho todos veníamos de otros clubes. Es como difícil tomar esta decisión por algunas decepciones, ya que primero que todo queríamos funcionar con familias".
"Tal vez esa es la razón principal de ser un grupo de amigos independientes de la jerarquía que hay al interior de la institución", reconoció que existe un estigma al observar a estas personas con ropa de cuero y mezclilla montados en vehículos de dos ruedas, ya que los tildan de delincuentes y drogadictos.
Aclaró que "la gente no sabe que lavo los platos y hago el aseo en la casa", como una muestra de que es igual que cualquier otra persona. "Para nosotros más que un hobby es una pasión, sin embargo, lo argumentamos con nuestra vida diaria. Siempre me gustó viajar mucho, todos mis primos son motoqueros en Curicó", planteó aunque resulta oriundo de Talca.
En cuanto al aspecto social, indicó que "la solidaridad de los motoqueros, es una forma de demostrar a la sociedad que no somos tipos cuadrados, que somos gente común y corriente, que tenemos sentimientos, dolores y aspiraciones, funcionamos al igual que el resto de los mortales, lo único diferente es que andamos en motos".
También lo acompaña en esta aventura su esposa, auxiliar de farmacia Karen Díaz, quien cumple la tarea de tesorera. "Hace como cinco años que lo acompaño. No me gustaba nada porque era peligroso, era como que había que comprarse un ataúd con la moto. Pero Esteban (Avendaño) me enseñó la otra parte, la parte bonita, el viento en la cara, los amigos que se logran formar allí, eso me gusto y de allí que lo acompaño".
Y como son una gran familia, en este grupo está integrado su hijo de 17 años, Ignacio, estudiante en el Liceo A-25 Eleuterio Ramírez Molina, quien aún no cuenta con su moto propia, pero ha participado en varios encuentros en la zona norte del país.
"Bacán, así resilientes como que todos supieron salir adelante con algo duro que le tocó en la vida", se refirió Ignacio al nombre del Motogroup.
Además el grupo familiar lo integra una pequeña de dos años. Es por esta razón que cuando deben viajar en familia lo realizan en un vehículo de cuatro ruedas.
Resilientes
Los resilientes son personas que han enfrentado una gran dificultad y han sabido salir adelante, de esto puede dar fe el vicepresidente de la organización, Vicente Contreras, quien comenzó hace poco en esto. "Siempre me gustaron las motos, pero a raíz del matrimonio comencé hace poco en Calama, para ser más exacto el año pasado, dos años atrás que me compre una moto sin saber ni andar".
Agrega que el resiliente nace justamente de eso, "aquí formamos un grupo de personas que enfrenta la adversidad, todo tipo de problemas que han tenido en la vida, yo la tuve el 2012 con la operación al corazón que debí realizarme de emergencia, y después la perdida de mi suegra, de mi señora y mi madre en Arica, ósea fui bien golpeado y gracias a Dios este año es para salir adelante".
Resaltó que recientemente realizaron el parchamiento de la organización, algo que podría considerarse como pionera a nivel nacional.
Pero no todo es negativo, ya que una pareja encontró el amor en dos ruedas, Erick Ávalos y Luisa Cavieres, quienes junto a su pequeña Fernanda de dos años y medio están integrados a este Motogroup.
Erick Ávalos, con 28 años, mecánico de profesión manifestó que la pasión por estos vehículos de dos ruedas nació de su abuelo, y ocupa el cargo de jefe de armas, quien tiene la tarea de el mediador en conflictos internos.
Mientras que su pareja, Luisa Cavieres, técnica de párvulos, aseveró que "ahora tengo la moto, pero me falta aprender a manejarla. En realidad fue hace poco por el amor porque conocí a mi esposo y gracias a él conocí este mundo".
"Somos resilientes porque todos tuvimos un problema y supimos salir adelante, el grupo lo conocíamos desde antes, no era algo tan nuevo", enfatizó.
La misma idea planteó el capitán de ruta, Hugo Pizarro, trabajador de la empresa estatal minera. "Me gustan las motos, compartir con personas y conocer personas, donde he conocido gente buena y mala, pero más gente buena", concluyó diciendo indicando que también sirve como terapia el desplazarse por las calles y carreteras en estos vehículos de dos ruedas.
"Para nosotros más que un hobby es una pasión, sin embargo, lo argumentamos con nuestra vida diaria".
Esteban Avendaño, Presidente de "Resilientes"
30 de abril de 2016 se conformó esta organización de motociclistas que busca con distintas actividades dejar de lado el estigma de "chicos rebeldes".
10 personas integran el motorgroup "Resilientes" quienes participaron de la ceremonia de parchamiento donde se les entregó su chaqueta con el logo distintivo.
28 años tiene Erick Ávalos, mecánico de profesión y quien dijo que la pasión por estos vehículos de dos ruedas nació de su abuelo.