En la actualidad, existe un cobro muy desigual en las tarifas eléctricas residenciales a lo largo del país, que presentan diferencias de hasta diecisiete mil pesos según consumos de kilowats.

La tarificación eléctrica se compone de distintos elementos: generación, transmisión, más distribución. Actualmente la generación como la transmisión no presentan mayores diferencias en el país, pero si la distribución, puesto que ésta cambia según la densidad poblacional de cada zona.

A finales del mes de mayo del presente año, se aprobó en el Congreso Nacional un proyecto de ley que introduce mecanismos de equidad en las tarifas eléctricas y busca disminuir las diferencias existentes entre una y otra boleta para que no superen el 10% de aumento. En la misma línea, esta iniciativa contempla asimismo el reconocimiento a la generación de energía en comunas productoras de la misma.

Hoy, algunas comunas intensivas en generación de energía eléctrica, tienen tarifas más elevadas respecto de donde no existe producción, y ello a mi entender es abiertamente injusto, pues dicha circunstancia debemos necesariamente relacionarla con el impacto medioambiental que estas generadoras producen, como por ejemplo en los casos de Tocopilla y Mejillones.

¿En qué consiste esta última medida? Se trata de un descuento por reconocimiento de generación plus, lo que a su vez se traduce en dos descuentos, el primero por generar energía dentro de una comuna y el segundo en el caso que la generación corresponda al 5% de la generación total del país.

Hoy estamos solo a la espera de que la ley sea promulgada para que entre en vigencia, lo que implica un claro avance para nuestro país en materia energética, sin embargo, este proyecto nos abre paso a un desafío a futuro, esto es, propender a la generación por medio de plantas de energía limpia, como también a hacer de las regiones, zonas auto sustentables energéticamente.

He de esperar que prontamente retomemos este último punto, renovando y diversificando nuestra matriz energética y aprovechando los infinitos recursos de energía renovable no convencional que existen en nuestro país.

Marcos Espinosa Monardes,

Diputado

Muchos expertos se preguntan en qué momento Chile pasó de ser un país que luchaba contra la desnutrición infantil a ser uno con las mayores tasas de obesidad en niños en el mundo. Nadie tiene la claridad, pero las cifras que hoy se conocen son alarmantes y requieren de una atención especial para ser revertidas.

Lo cierto es que todo está ligado a la conducta y al crecimiento que vivió el país a partir de la década de los 90, la que abrió una nueva forma de vida a las familias chilenas, que sólo lo conocían por televisión. Un estilo en que el sedentarismo y el consumo de comida chatarra fueron las detonantes de estas peligrosas cifras.

En estos momentos nuestro país ocupa el primer lugar en América Latina en obesidad infantil y un triste sexto lugar en el mundo. Cada vez aparecen a más temprana edad enfermedades de adultos como la diabetes, hipertensión y problemas cardiacos.

El tema ha sido abordado desde hace algunos años por el Ministerio de Salud, quienes han aplicado políticas para que los alimentos sanos sean los que se vendan en las escuelas en desmedro de otros ricos en azúcares, sodios y otros elementos dañinos.

La batalla ha sido dura porque apunta a un cambio en las costumbres de las familias. Y los resultados no han sido los esperados, por ello que está pronto a ponerse en vigencia el nuevo rotulado de los alimentos en los que se advertirá con un hexágono negro aquellos que son peligrosos para la salud, por ser ricos en grasas saturadas, azúcares, calorías y sodio.

Habrá prohibición de venderlos en los colegios y eliminados de las colaciones de los alumnos. Todo ello tendiente a reducir los índices de obesidad.

No obstante, se tendrá que pensar en cómo alertar a los más adultos de esta realidad. A aquellos padres que atareados por el trabajo caen en soluciones poco saludables para su hijos debido al escaso tiempo.

Es a ellos a quiénes se debe educar y recalcarles lo importante de mejorar la dieta y hacer ejercicios. No sólo para verse mejor, también para evitar enfermedades crónicas e incluso mortales.