Normalmente, al hablar del Servicio Médico Legal, en lo primero que piensan las personas es en una autopsia. Efectivamente, esa es la labor que más nos caracteriza, la que dio origen, hace ya más de un siglo, a nuestra existencia.
El lector recordará el valioso papel de nuestro Servicio para ayudar a establecer la verdad y la justicia en los casos de asesinatos cometidos durante la dictadura; entre ellos, el episodio más doloroso para la Región, la matanza cometida por la Caravana de la Muerte a su paso por Calama. Es posible también que recuerde el rol jugado en la oportuna identificación de víctimas de numerosas tragedias: terremoto y tsunami del sur, incendio de la cárcel de San Miguel, incendio en Valparaíso, caída del avión en Juan Fernández, inundaciones en la II y III regiones, entre otras.
Siempre nuestros peritos han estado en la primera línea, buscando la forma de minimizar la incertidumbre de quienes sufrieron la irremediable pérdida de alguno de los suyos.
Sin embargo, el rol que nos mandata la ley, de asesorar técnica y científicamente al Ministerio Público y a los Tribunales de Justicia, no se limita a aquellos casos donde las víctimas han fallecido; también ayudamos a determinar las características de las lesiones provocadas por terceros intencional o accidentalmente, el daño físico y psicológico de víctimas de violencia sexual, la condición mental de participantes en algún ilícito y su capacidad de enfrentar a la justicia, la capacidad para asumir roles parentales en casos vistos en Tribunales de Familia, el consumo de alcohol o drogas en personas involucradas en delitos, en accidentes de tránsito o sorprendidas conduciendo vehículos presumiblemente bajo su acción, la determinación de la paternidad o la identificación de personas mediante ADN; verificamos también las condiciones psicosensotécnicas de conductores que han sido rechazados por un Gabinete Municipal.
Así, nuestro cuerpo pericial lo integran, además de tanatólogos, numerosos profesionales de muy diversas disciplinas: psiquiatras, psicólogos, odontólogos, químico farmacéuticos, bioquímicos, antropólogos, apoyados por personal profesional, técnico y administrativo, para que las pericias puedan efectuarse.
Quienes integran esta institución, deben trabajar siempre con el deseo de aliviar el dolor de sus semejantes, pero por sobre todo con amor a la verdad, con honestidad y objetividad.
Francisco Grisolía Cirera,
Director Regional Servicio Médico Legal