Reencantar a los votantes
Los electores tienen que sufragar porque saben de la importancia de ejercer el voto y no porque pueda ser multado. Corregir todo lo que se está haciendo mal y mostrar de cara a la ciudadanía que aquellas cosas que están reñidas con la ley, con la ética o la moral se erradicarán.
No son pocos los parlamentarios y dirigentes políticos que han pensado en retornar al antiguo sistema de elecciones en el que sufragar era obligatorio. Ello en atención al gran número de electores que no concurre a votar, situación que quedó corroborada en las pasadas primarias de la Nueva Mayoría, en las que participó menos del 5% del padrón electoral.
Allí renace la polémica de la representatividad de las autoridades elegidas y los cuestionamientos a la inscripción automática y el voto voluntario.
No dejan de tener razón aquellos que piensan que se debe mejorar la participación en las elecciones. Pero no la tienen cuando plantean regresar al voto obligatorio, porque eso no se condice con los avances que ha tenido el sistema democrático de nuestro país.
Lo que se debe hacer es lograr que la gente se interese en elegir a sus autoridades y esa tarea proviene desde la clase política.
Se necesita un urgente cambio de imagen y transparentar sus actos. Corregir todo lo que se está haciendo mal y mostrar de cara a la ciudadanía que aquellas cosas que están reñidas con la ley, con la ética o la moral se erradicarán.
Quien no lo pueda hacer quedará expuesto al juicio ciudadano que lo reprobará con su voto en contra o restándole apoyo en el desarrollo de sus actividades.
Pero esta suerte de limpieza tiene que venir acompañada necesariamente por el retorno de la educación cívica a las aulas. Que los niños aprendan de la importancia de la política para gobernar y cómo se puede optar al bien común desde nuestra posición como ciudadanos y la importancia de ejercer nuestra posición con el voto.
Estas medidas serían mucho mejor que retornar a la obligatoriedad en el sufragio, porque la gente no tiene que ir a votar por temor a una multa. Tiene que ir a votar porque entiende que su participación es importante para elegir a quiénes gobernarán y que tendrán la misión de sacar al país adelante.