Contra respuesta
Señor Guillermo Alexis Toro Rivas, a su publicación del día 14/07/2016, yo no despotrico en contra de nadie solo doy opinión respecto de informaciones que aparecen en un medio de comunicación respetable como lo es el Diario El Mercurio de Calama y porque responsablemente siento que en ellas hay expresiones errada por decir lo menos y que usted no desmiente.
En cuanto a hacer las tareas le aclaro, estas se hacen bien o mal como usted bien dice, pero requieren de una adecuada calificación; si son malas habrá que desaprobarla enrostrándola y si son buenas a lo menos felicitarlas y agradecerlas.
Y para que usted sepa nadie atropella mi honor y moral, por lo tanto menos me escondo al contrario enfrento lo que sea porque si hay algo que no siento es temor.
Ahora, su espuria acusación, que habría tenido contratos "cocinados" en terrenos propios y/o de Codelco ¡Falso! y de absoluta mala intención. Usted con ello solo calumnia, desprestigia, difama, injuria y por lo cual tendrá que hacerse cargo, le recomiendo contrate un buen abogado: porque esto no se puede dejar pasar. Usted comprenderá, tengo hijos, valores, principios, fama y honor.
Respecto del ataque que usted acusa que yo hiciera en contra de una mujer, me parece patético y machista, ellas cuando ejercen un cargo como el que tiene la señorita dirigente y hacen ese tipo de declaraciones tan erradas y/o extemporáneas se someten al escrutinio público.
Detrás de eventuales candidaturas mías, le aseguro que no tengo ninguna intención y para la farándula creo ya no tener edad.
Y por último si algo tengo Guillermo Alexis, es honor, valores y principios a los cuales jamás renunciaré, como lo he demostrado permanente con mis actos en todos los ámbitos.
Respetuosamente.
Ramón Llarás Amaya, Ex dirigente del cobre
Choquehuanca I
Al canciller boliviano Choquehuanca habría que recordarle que por educación mínima y respeto, si invita a su casa o es visitado sorpresivamente, quien lo haga se comunicará y pedirá permiso para ingresar, lo demás tiene como única lectura una lamentable actitud de matonaje.
José Manuel Caerols
Choquehuanca II
Kant planteaba que la paz perpetua era posible siempre que el hombre abandonara el mecanismo de la guerra y se planteara la paz como un fin y un deber. La provocativa visita de Choquehuanca, las descortesías de un senador boliviano con una mujer en Arica, la odiosidad permanente de un Presidente que no tiene otro norte que romper esa paz construida en el tiempo, como término de una guerra que ellos invitaron y que aun, con reparos y asperezas, permitía avanzar, nos van dando cuenta que nunca conocieron a Kant o que si lo conocieron, lo que están buscando entonces, es escalar el conflicto.
Lo curioso es que Morales bravuconea y cuando Chile asume una mínima reacción, se victimiza y se asusta. Da la impresión que es necesario decir las cosas por su nombre y Bolivia ya le dijo NO a Morales. Lo que está haciendo es una provocación cobarde materializada por una delegación cuya opinión vale bastante poco en un gobierno personalista y populista. El resultado del referéndum revocatorio debe haber contenido algún porcentaje de agotamiento del pueblo boliviano con un buscapleitos que ha tensionado las relaciones en el cono sur.
Por otra parte, Chile debe hacer valer el peso y el poder que posee y asumir el manejo y control de la crisis, con acciones que superen las tibias declaraciones del Canciller, llevándolo a un punto en que no pueda reaccionar. Será la única forma en que Morales terminará su gobierno en el punto más bajo de adhesión y sin vuelta al poder. La tibieza en las relaciones internacionales generan los malos ratos que nos provoca Bolivia.
Jorge Sanz Jofré, académico de la Universidad del Desarrollo
Un signo
Marchan los zombies, los estudiantes, los profesores, los orgullosos, los trabajadores y una larga lista más. Se marcha contra esto y a favor de lo otro, por cualquier motivo y razón. Paradójico resulta que no se convoque marcha alguna para manifestar el repudio ante las provocaciones bolivianas contra la soberanía del país. Las únicas manifestaciones -esperables por lo demás- han sido de algunas autoridades de gobierno y de manera pusilánime. Es esto un signo inequívoco del grado de enajenación e idiotización de la sociedad chilena que no duda en enloquecer por el circo deportivo pero que es simplemente indiferente ante la posibilidad nuevamente cierta -ya conocemos lo que sucedió en la Patagonia- de entrega territorial.
Rafael Videla Eissmann