Las personas somos seres eminentemente sociales, desde siempre nos hemos reunidos con nuestros semejantes con el propósito de formar grupos, comunidades y sociedades para poder satisfacer nuestras necesidades y poder desarrollarnos y formar una vida social de diferentes formas ya sea por compartir, comunicar, convivir y existir, pero principalmente para lograr metas y objetivos en común.
Las primeras apariciones de las organizaciones sociales en nuestra civilización se presentan desde la prehistoria, en donde grupos de personas nómadas, se dividían los trabajos y deberes para encontrar alimento suficiente para todos, así como satisfacer todas aquellas necesidades grupales que surgían.
Luego emergieron las tribus y es cuando aparece la familia, que es la base fundamental de las organizaciones, luego con el paso de los años, comienzan a surgir nuevas necesidades que requieren ser cubiertas, ya sean económicas, políticas, recreativas, educativas y religiosas que dan lugar a nuevas organizaciones dispuestas a mantener el equilibrio social pasando por el esclavismo, feudalismo, hasta dar paso a lo que hoy somos.
Un hecho importante en la historia, como lo fue la revolución industrial, marcó el sentido de organización, dado que provocó que surgieran nuevas necesidades que antes no existían, conllevando a la evolución de nuestra sociedad, actualizando sus estructuras sociales que con el pasar del tiempo se han vuelto necesarias para nuestro desarrollo.
Sin embargo, a pesar de que los intereses de las organizaciones actuales han cambiado y que, obviamente, ya no son los mismos que los de antes, la idea y el fundamento del concepto de organización sigue siendo el mismo, que es ser un grupo de personas unidas con un fin en común.
Por tanto, no debemos olvidar la esencia de ello, transformándose en un desafío importante para las organizaciones de hoy, aprendiendo continuamente y siendo capaces de identificar y resolver problemas que demandan el contexto actual de su organización, así como también de la sociedad. Todo fundado en la preocupación por el otro, por el compañerismo y la buena voluntad recíproca al compartir condiciones similares, con metas y objetivos comunes.