Mabel González
Dejar de fumar puede resultar un desafío para muchas personas, pero varias lo logran. Sin embargo, una vez que se abandona el hábito, aparece un temido efecto en el camino: el aumento de peso. ¿Por qué suele ocurrir eso? Científicos de una universidad griega dicen tener la respuesta.
En un estudio presentado ayer en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS, por sus siglas en inglés), académicos de la Harokopio University de Atenas descubrieron que fumar reduce el consumo de calorías, lo que se debería al efecto del tabaquismo en los niveles de la hormona ghrelina, también conocida como la "hormona del apetito" y cuyos niveles elevados hace que las personas sientan hambre.
Los autores, liderados por la doctora Konstantina Zachary, desarrollaron su investigación partiendo de la base de que el peso que se puede ganar después de dejar de fumar suele ser un factor importante que desmotiva a la gente a abandonar el hábito. Es, además, una causa común de las recaídas. De hecho se estima que, en un lapso de cinco años, se puede subir diez kilos en promedio. Si bien ya se sabía de esta relación entre tabaquismo y peso, hasta ahora solo había evidencia confusa sobre distintas normas relacionadas y mecanismos involucrados.
Según detalló la ERS en su sitio web, en el experimento participaron 14 hombres sanos, quienes fueron sometidos a dos pruebas después de una noche de abstinencia de tabaco y alimentos: la prueba "C-cig", donde los voluntarios fumaron dos cigarros de su marca de preferencia, y la "S-sham", que sirvió como grupo de control y en la que los individuos sostuvieron en sus manos un cigarro sin encenderlo. Cada test se prolongó por 15 minutos y, 45 minutos después, los participantes comieron libremente una variedad de aperitivos. En el transcurso de la indagación se registraron detalles de la ingesta de alimentos, sentimientos de apetito (hambre, saciedad y deseo de comer) y las ansias por fumar.
También se tomaron muestras de sangre para medir los niveles de distintas hormonas, entre ellas la obestatina, la ghrelina y la insulina. Los científicos encontraron que fumar tuvo un efecto relevante en la ingesta de alimentos, reduciéndola en 152 calorías, un resultado estadísticamente significativo. Asimismo, observaron que la concentración de ghrelina fue mayor en los abstemios que en los fumadores.
Disminuir las recaídas
Pese a estos resultados, la doctora Konstantina Zachary, quien dirigió el experimento, remarcó que la muestra del estudio fue pequeña y que se necesitarán más análisis para determinar si los hallazgos se pueden extrapolar en poblaciones más amplias. De todas formas, los profesionales indicaron que esta materia es importante de indagar porque así se podría contribuir a aumentar las tasas de abandono del tabaco y disminuir las recaídas.
hombres sanos 14
participaron en el estudio realizado por la Harokopio University de Atenas y presentado ayer. 152