El desafío de las comunas mineras
Existe la necesidad de construir ciudades dotadas de los servicios básicos para posibilitar el asentamiento de familias. La tarea de las autoridades de estas urbes cercanas a los centros mineros es convertirse en ciudades más amigables y cómodas para el diario vivir.
Hay un tema no menor que afecta a las comunas mineras y que viene planteándose hace años pero que aún no logra el impacto esperado. Y es un fenómeno que arrecia con mayor fuerza en los centros más pequeños, que por largo tiempo se convirtieron en verdaderos campamentos y en los que no se invirtieron recursos para que fueran verdaderas ciudades.
Esta gran deuda está presente hasta nuestros días y se ha evidenciado debido a la baja en el precio del cobre, el principal motor de la actividad económica de las urbes de la zona norte.
Esta baja económica obligó a ejecutivos a brindar mayor importancia a las zonas donde se instalan las faenas minera.
Se dieron cuenta que dentro de su política de contención de costos es mucho mejor que sus trabajadores estén en las comunas cercanas y des esta manera coordinar mejor las labores y evitar los gastos de traslados y alojamientos.
Pero al mirar hacia el lado no hay mucho que ofrecer, porque el descuido del gobierno central ha sido tal que estas comunas no son atractivas para vivir.
Por eso el desafío de las autoridades de estas urbes cercanas a los centros mineros es convertirse en ciudades más amigables y cómodas para el diario vivir. Que una familia sienta que instalarse en ellas no les provocará grandes inconvenientes porque encontrarán las condiciones suficientes en salud, educación y recreación.
Para lograr eso hay un camino largo por recorrer pero que se debe empezar ahora y tal vez no sólo con esa mirada economicista sino como una respuesta a los pobladores de esas zonas que por largos años debieron convivir con las externalidades de la industria minera.
Calama es una de las comunas que presenta mayor retraso. Por ello debiera existir un plan maestro para proyectarla al futuro, no como una gran urbe sino como una urbe mediana o incluso pequeña, pero con todas las comodidades para satisfacer el asentamiento de familias que estén decididas a emprender desde estas tierra.