A propósito de los últimos actos de violencia que hemos visto previo a disputarse el superclásico del fútbol nacional, amenazas de barras bravas hacia el Intendente, baleos y declaraciones en prensa de jugadores que dicen "de niño te inculcan que los clásicos hay que ganarlos. Los clásicos se juegan a muerte". Hoy ésta y otras noticias nos obligan a meditar como educadores ¿qué ha pasado con la educación en Chile?; ¿qué podemos hacer por la formación de los comportamientos ciudadanos?
Algunos conciben la Educación Física como aquella actividad sistemática que procura el desarrollo del cuerpo, de modo que la condición física o aptitud física constituye un elemento esencial para el éxito en la manifestación deportiva.
Bajo esta concepción, se capacitan y perfeccionan entrenadores en las distintas ramas deportivas, siempre tras la búsqueda del triunfo en el deporte, cuestión que determinadas sociedades como Cuba, Rusia, Estados Unidos y Japón le dan especial importancia, puesto que el deporte es una carta de presentación, expresión de poder.
Otra mirada, la concibe como una disciplina que procura el desarrollo humano a partir del movimiento. El deporte y otras expresiones no son otra cosa que manifestaciones humanas que constituyen agentes de gran utilidad y pertinencia para favorecer el desarrollo cualitativo y cuantitativo del ser humano.
Parece ser que el propósito social imperante de corto plazo es "ganar… a como dé lugar", sin medir consecuencia. Nada de esto sería un problema si "ganar" permitiera respetar y tolerar a los otros, vale decir, si fuera parte de una red de relaciones valóricas humanizantes. Frente a tales hechos, la controversia entre concepciones de la educación física se vuelve banal al afirmar que la educación física se centra más en lo físico contra otros que afirman que esta disciplina se centra más en la persona.
El respeto y la tolerancia es posible aprenderlos como valores fundamentales en el gimnasio, en la cancha y en la pista atlética, para vivirlos cotidianamente en la existencia de cada cual, siempre y cuando los docentes muestren con acciones, ejemplos y actitudes que tales valores son necesarios para vivir dignamente.
Dr. Héctor Trujillo G.
Pedagogía en Educación Física, U. Central