El difícil momento que pasa la economía en el país y en la región, no es un tema aislado, si bien a diferencia de otras localidades de Chile, en Calama tardó en llegar la crisis en nuestro sector minero, hoy nos presentamos frente a un escenario diferente al que teníamos años atrás, hoy existe un déficit de proyectos mineros que nos obliga a replantearnos como empresas locales.
En medio de la crisis económica, los que más sufren el impacto son las empresas contratistas, quienes se enfrentan a un mercado y clientes enfocados en la reducción de costos, con menos proyectos disponibles lo que se traduce en menos fuentes laborales que afectan directamente a los trabajadores, en su mayoría habitantes de Calama, los que han convivido el último tiempo con un aumento en la tasa de desempleo, algo que hace algunos años era una realidad lejana por la bonanza que vivió la industria minera.
Esta situación o mal momento, obliga a que pequeñas, medianas y grandes empresas locales deban reinventarse, buscar nuevas opciones para seguir vigentes en el mercado, pero al mismo tiempo, obliga a reducir costos y en muchos casos, recae en la mano de obra.
La falta de proyectos mineros, hace poner todas nuestras miradas en la minería del futuro, el proyecto de mina subterránea es uno de los proyectos iconos de Codelco Chuquicamata, al que esperamos como empresas locales tener un rol protagónico cuando entre en operaciones mineras.
Sabemos que la economía ha experimentado un cambio estructural debido a la desaceleración del crecimiento y de la disminución de proyectos e inversiones mineras, si bien se han buscado diversas alternativas para reactivar el sector, tanto en el sector privado, como en el público, esperamos que en el mediano plazo, el trabajo realizado de los frutos que necesitamos.
Es por esto que el llamado es a continuar trabajando, tal como siempre lo hemos hecho, para que nuestro sector se dinamice. Para esto es fundamental que las empresas puedan centrar sus esfuerzos en mejorar la productividad, entendiendo que ésta aborda e incorporar buenas prácticas al interior de nuestras empresas.
Carlos Ramírez Leaño,
presidente de la CChC Calama