Incertidumbre presidencial
Las elecciones municipales son 345 contiendas electorales y cada alcalde y concejal electo lo es por sus particulares razones. Todos celebran porque algún alcalde resistió el embate del adversario o un candidato derrotó al incumbente, pero también se lamentan porque alguno de sus alcaldes seguros fue derrotado o fracasó la conquista prevista de una alcaldía.
Sin embargo, el flujo habitual de victorias y derrotas tuvo ahora un claro ganador en Chile Vamos, la alianza UDI-RN, a la que se agregó el PRI, formado a partir de una escisión de la Democracia Cristiana, y una nueva formación de derecha liberal, Evópoli. Aunque perdió categóricamente en votos y número de concejales, obtuvo una victoria inesperada incluso para sus propios dirigentes en materia de votos y número de alcaldes, además de ganar las principales comunas emblemáticas en disputa.
La algarabía de los partidos y líderes de Chile Vamos no puede ocultar, sin embargo, al principal protagonista dominical, el récor de abstención, pues apenas sobre uno de cada tres chilenos participó en la elección. Ello relativiza toda proyección del resultado a los comicios presidenciales, pues la información, interés y competitividad de éstas serán muy superiores, motivando una participación adicional estimable entre uno y dos millones de ciudadanos, cuyo comportamiento electoral no es necesariamente el mismo de quienes sí concurrieron a votar el domingo, aportando una cuota relevante de incertidumbre.
Chile Vamos, además, consiguió su resonante victoria en alcaldes avanzando apenas 9 décimas en su votación respecto de la inclemente derrota sufrida en 2012. Porque la Nueva Mayoría perdió 5,9 puntos porcentuales y fue superada por 1,4%, debido a la gran cantidad de votos recibidos por los candidatos descolgados de la coalición de gobierno y del crecimiento de las alternativas de izquierda.
Pepe Auth