Abramos el día de hoy nuestras almas y nuestros corazones, para que dejemos que este sentimiento se convierta en algo más que palabra. ¡Cuántas expresiones podríamos emplear para definir este sentimiento! Quizás nos alcanzaría para completar muchas páginas. Porque el amor es la esencia de la creación y cada ser humano que es su máxima expresión, siendo único e irrepetible amará de acuerdo a su sensibilidad, necesitará de él con mayor o menor intensidad o será capaz de experimentarlo bajo diferentes circunstancias, pero irremediablemente, siempre amará.
Por el amor se nace, se vive, se sueña, se es feliz y también se sufre.
Poetas, escritores, compositores, nos han hablado de amor. Sublime manifestaciones del alma que ellos con su sensibilidad han sabido expresar lo que nosotros sentimos.
Pablo Neruda nos dejó su inolvidables versos "Ya no la quiero es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor y tan largo el olvido".
Gabriela Mistral nos estremece con su dramático amor "Del nicho helado en que los hombres te pusieron. Te bajaré a la tierra humilde y soleada. Que he de soñar sobre la misma almohada"…
Oscar Wilde nos cuenta el Ruiseñor que deja atravesar su pecho por una espina, para que la ingrata amada del joven enamorado reciba la rosa roja deseada.
¿Quién no se ha emocionado con la dulce golondrina que muere a los pies del príncipe Feliz que llora por la miseria de los desposeídos?
Se canta que la Rosa y el Clavel hicieron un juramento.
Y Miguel de Unamuno nos enseña el verdadero amor con su tierna reflexión "No siento nada cuando rozo la pierna de mi mujer, pero me duelen las mías si a ella le duelen las suyas".
Con el progreso y las ideas materialistas parece que hemos agotado nuestra capacidad de amar a nuestros semejantes y en nuestra necesidad de amar hemos empezado a amar las cosas. ¿Cómo recuperar la esencia de nuestro ser? Tal vez liberando nuestra parte espiritual que se encuentra atrapada en nuestros sentidos materiales, permitiéndoles observar lo que nuestros ojos han dejado de ver y que siempre está ahí mismo, al frente de ellos: una creación repleta de amor, pero de amor que satisface al espíritu y no a lo sentidos.
Arturo Mardones Segura,
Rotary Club Chuquicamata