Cuando antes del partido entre Cobreloa y Deportes La Serena del sábado pasado se jugó la "Copa infantil Correvuela", muchos hinchas loínos se preguntaban por el origen e historia del club. Y paradójicamente, en cancha estaban mezcladas dos de las partes esenciales que definen a este grupo por estos días: tradición y proyección de series infantiles.
Hay un rol social importante que abarca más allá de lo deportivo que se comenzó a ver con la inclusión de varios de sus representativos en el torneo Monumental Penecas que se jugó en julio y donde se alzaron con el trofeo en la categoría Minipenecas.
"Era a la serie que menos le teníamos fe porque son muy chiquititos pero eso marca el sello del club, porque ellos son hijos o nietos de jugadores que estuvieron en este club desde hace muchos años", cuenta Jorge Contreras, presidente del club.
Atlético Correvuela se forma en la década y tiene una primera etapa hasta el año 1984 en que participó en diferentes ligas locales, eso hasta que llegó un receso que se mantuvo por cinco años.
Fue allí cuando los hijos de quienes comenzaron con este emblema en el pecho decidieron reactivarlo y así llegaron a la Liga Ascotán, la que dejaron este año. "Nos sentíamos algo estigmatizados y por eso hablamos con la gente de Afucal -asociación de fútbol de Calama- y no tuvimos problemas para entrar, eso gracias a un empresario local que nos ayudó con el tema de la mensualidad, ya que era un anhelo de todos los años y que se discutía en el clásico partido de solteros contra casados de fin de año", relata Contreras.
Hoy, el equipo adulto dirigido por el ex jugador de Cobreloa, Marcelo Corrales tiene un partido menos en su primer campeonato en Afucal, juega este fin de semana ante Socoal y está dos puntos detrás de Rubén Alba. Es decir, ganando lo que le queda sería el primer campeón recientemente integrado a una liga local en levantar el trofeo.
Rol social
Pero Atlético Correvuela es más que un equipo de fútbol. Con los vecinos del sector centro que componen el barrio Casa Piedra en Ecuador donde se forjaron las primeras ideas de reunirse en torno a un balón de fútbol y que hoy se siguen expandiendo.
"El próximo año podremos tener varios equipos de niños en sus respectivas categorías porque ahora sólo inscribimos uno en Afucal y nos estamos organizando. Pero las demás actividades vienen hace tiempo y se van a repetir con más fuerza este fin de año".
Entre ellas, las Fiestas navideñas para jugadores del club, renovación de implementación deportiva para sus integrantes con dinero de los socios, campañas, bingos, cenas tanto de premiación para los niños como para reunir fondos, integración de los vecinos a actividades recreativas como zumba y baile entretenido e incluso, salir a repartir regalos a hogares o instituciones para navidad. La idea es aportarle algo a la comunidad...
Niños en riesgo social llegan a jugar
Lejos de la idea de otros clubes de pertenecer a ciertos barrios y darle opción a sus vecinos cercanos, en Correvuela apuntan por ser un ente social que permita el desarrollo de la población infantil a través del fútbol. Por eso, tienen sus puertas abiertas a menores de otros sectores vulnerables de Calama que quieran integrarse a sus filas. "Acá se les recibe bien, se les presta ayuda y los integramos como si fueran parte de la familia", comenta Rodrigo Astorga, uno de los activos miembros del club en el trabajo con las series menores.
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