No vamos a descubrir ahora la trascendencia de los servicios públicos. No vamos ahora a adjetivar con halagos a la administración pública, pero no podemos negar que en estos días, como nunca, hemos comprobado en carne propia que el servicio público es el corazón que bombea sangre al cuerpo.

En consecuencia, reconforta ver puertas abiertas en el registro civil, impuestos internos, tesorería y en aquellas reparticiones donde la institucionalidad se hace carne y los derechos del ciudadano tienen cabida.

Cuánto más esperanzador fue para muchos, preferentemente para los adultos mayores, recibir atención en el hospital "Carlos Cisternas" que pese a la antigüedad del edificio, es santo remedio para nuestras dolencias.

Por tanto, se agradece la comprensión de trabajadores y dirigentes por sobreponer la vocación de servicio a sus expectativas salariales. Entiendo que esta sensación de alivio nuestra, contrasta con la desazón de un insuficiente 3.2 por ciento.

Pero el guarismo se ajusta al escenario económico que vive el país. Por consiguiente, quienes mediaron en la decisión final, la Presidenta Bachelet, el Ministro de Hacienda, comité político y los parlamentarios que a la postre aprobaron el reajuste, lo hicieron responsablemente y mirando al futuro inmediato.

Como en las finanzas domésticas, hay prioridades y lo que ingresa al hogar debe satisfacer las múltiples necesidades de la familia. A nivel país, procuramos, por ejemplo, beneficios y gratuidad para la educación de los jóvenes y eso pasa por la buena administración del recurso.

Junto al reajuste, más de 900 mil funcionarios recibirán beneficios por el proyecto aprobado en el Congreso. Raya para la suma, hablamos de 565 mil millones de pesos que reflejan el esfuerzo desplegado por mejorar las condiciones de los trabajadores.

Después de dos semanas de legítimo ejercicio democrático, no hay ganadores ni perdedores. Acaso un respiro de alivio para quienes encuentran en el servicio público atención a sus derechos elementales

Claudio Lagos Gutiérrez,

Gobernador de El Loa

Una de las ambiciones de las empresas que integran el consorcio Calama Plus es poner en marcha lo antes posible los proyectos que componen su cartera. Y uno a los que más atención le destinan es el denominado ZEUS Barrios y que busca crear verdaderos complejos educacionales que estén al servicio de la comunidad no sólo para instruir a los más jóvenes también para convertirse en un punto de encuentro de vecinos y apoderados.

Por ello la noticia de que el consorcio inicio el proceso de adjudicación del Complejo Escuela Valentín Letelier, fue bien recibido desde los distintos sectores. Un establecimiento ubicado en un sector populoso pero que ha logrado posicionarse como uno de los mejores en la región gracias a sus buenos resultados.

Esa condición permitió vislumbrar la construcción del complejo que en sí significará una nueva infraestructura y una ampliación en la oferta educacional. ya no sólo será una escuela básica también incluirá la prebásica y media.

Esto significará aumentar su matrícula casi en un 100 por ciento, pero en un recinto con un diseño moderno que incluirá aulas, laboratorios, talleres, canchas cubiertas y patio descubierto. Además el ingreso al establecimiento contará con una especie de plazoleta que facilitará la llegada y retiro de los alumnos.

El diseño es un punto primordial que recoge las inquietudes de la comunidad escolar y de los vecinos del sector quienes ven en este proyecto una oportunidad de disponer de una infraestructura y de un equipo docente con grandes proyecciones.

Es que la iniciativa representa un nuevo modo de ver la educación, los establecimientos y su relación con el entorno, donde la moderna la infraestructura puede estar al servicio del vecindario.

Con un diseño avanzado es posible gestionar los recursos en los fondos sectoriales y regionales y poder construirlo en el mediano plazo, conforme a las esperanzas del consorcio.

Su concreción será un gran espaldarazo para una organización que surgió para apoyar el alicaído desarrollo comunal.