Amor y respeto por quienes amamos
Los casos de violencia registrados en los últimos días entre parejas jóvenes requiere de una revisión de los mecanismos de prevención. La condena de estos hechos y las acciones para frenar y prevenir este tipo de abusos no son suficientes para detener los actos de violencia entre parejas.
No deja de inquietar el alto número de casos de violencia entre parejas jóvenes en las últimas semanas en nuestra ciudad de Calama; pese a las diversas campañas, charlas y difusión sobre este problema social.
Y ningún sector escapa a este mal que se esparce por nuestra comunidad provocando una grave deterioro a la relaciones de parejas, y que por no tomar medidas a tiempo, los casos terminan donde nunca debieron llegar: en la justicia.
Acto irracionales de hombres que no haciendo honor a su género, han provocado graves daños a jóvenes mujeres, lo que incluso ha generado la atención de la policía y el Prodemu para poder atender estos casos de una extrema violencia, que no tiene justificación alguna.
Frente a estas acciones que están muy cerca del homicidio frustrado no queda otro camino que la justicia actúe y juzgue estos actos, debido a que todas las campañas y acciones, aparentemente han permitido que más personas realicen las denuncias de estos actos de violencia, pero no ha logrado bajar las cifras de ataques.
Creemos que frente a este problema, el único camino para no caer en esta conducta, es apelar al amor y al respeto que debemos sentir unos por otros, más aún cuando decimos que queremos a alguien.
No es racional hablar de amor y estar castigando o maltratando a nuestra pareja, porque cuando hay un sentimiento y afecto profundo no habrán señales de violencia.
Ante esta realidad, muchos más hombres de los que se piensan debieran ser tratados por especialistas para revertir estas conductas de agresividad.
Otro problema, tampoco resuelto, es esa mal entendida cultura minera que habla de hombres que mandan en su hogar y que someten a sus esposas, las cuales corresponden a viejas conductas machistas y pensamientos retrógrados que no se condicen en una era de igualdad y derechos sin discriminaciones de ningún tipo.
Los organismos encargados de velar por este tema, deberán analizar qué no se está haciendo bien para poder lograr una mayor efectividad.